sábado, 22 de noviembre de 2014

ADIOS DUQUESA

Adiós Duquesa de Alba, querida por todos los españoles. Nacida en Madrid hace 88 años y fallecida en Sevilla en el día de ayer, todos te recordaremos con gran cariño y admiración. Innumerables los títulos nobiliarios que a lo largo de tu vida te han acompañado, tanto de Ducados, Marquesados y Condados. Reyes y princesas por estatus social debían haberse puesto a tus pies, sin embargo jamás diste muestras de ello, tu sencillez y humildad te acompañó toda tu vida. Poseías una de las mayores fortunas del mundo y que ahora a tu fallecimiento, el Título de Duque de Alba, lo hereda tu primogénito D. Carlos. En tu bautismo, fuiste apadrinada por los Reyes de España, D. Alfonso XIII y Dª Victoria Eugenia, perdiste a tu madre con tan solo ocho años de edad, cosa que marca a una persona tan joven. Por motivos de la Guerra Civil, tuviste que salir de España con tu padre y en Inglaterra, tu compañera de juegos fue nada menos que la Reina Isabel II, aprendiste cinco idiomas, los cuales hablabas a la perfección. A tu vuelta a España el torero Pepe Luis Vázquez, se convirtió en tu primer amor, pero tu padre no considerándolo oportuno para la que iba a ser la heredera de la Casa de Alba, no dejó seguir adelante esa relación. Al poco tiempo te casabas por todo lo alto con D. Luis Martínez de Irujo, ascendiendo es coste del evento a más de 20.000.000 de pesetas de aquel entonces, nunca hubo una boda tan cara. D. Luis se convirtió en el padre de tus seis hijos, Carlos, Alfonso, Fernando, Jacobo, Cayetano y la pequeña Eugenia que apenas contaba unos meses cuando D. Luis fallece. Después de unos cuantos años, conociste a D. Jesús Aguirre, el cual después de un tiempo convertiste en tu segundo esposo. Aunque unos años más joven que tú formasteis un matrimonio pleno de felicidad, gran afinidad por las cosas que a los dos os gustaban, gran amante de la literatura y compañero perfecto. Estuvisteis juntos muchos años pero la fatalidad hizo que también lo perdieses. Aunque madrileña de nacimiento, donde más te gustaba residir era en Sevilla, en tu palacio de Las Dueñas, tu tierra de adopción, allí eras una más de los hispalenses, se te veía andar por la calle y conversar con cualquiera que quisiera acercarse a ti. Gran devota del Cristo de los Gitanos y hermana mayor de su cofradía. Hace tres años, contando ya con ochenta y cinco y con la oposición de todos tus hijos, lograste casar de nuevo con D. Alfonso Diez, un hombre sin título alguno, sin posesión alguna, veinticinco años más joven que tu, pero con un gran amor por tu persona. Lo demostró sin duda al firmar las capitulaciones antes de vuestra boda, renunciando a todo lo que fuese referente a la Casa de Alba. Para poder hacer real esa boda y cumplir tu amor de madurez y que todos viesen que no era un simple capricho de senilidad, hiciste el testamento en vida, adjudicando a cada uno de tus hijos lo que les iba a corresponder. D. Alfonso, ha demostrado con creces, que realmente se había casado por amor, ha sido tu compañero fiel hasta el último suspiro de tu vida. Hizo todo lo posible por complacerte, acompañarte y cuidarte. Sólo había que ver su rostro, mientras se celebraban tus exequias. Un hombre abatido y destrozado por la inmensa pena que lo embargaba, junto con tus hijos era una auténtica alma en pena. Adiós Duquesa, Duquesa de Alba, una mujer muy valiente, que hasta el final de su vida hizo siempre lo que le dio la gana. DESCANDE EN PAZ PILAR MORENO 21 Noviembre 2014

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