miércoles, 26 de noviembre de 2014

DE OTOÑO A INVIERNO

En las primaveras de mi vida, siempre veía personas para mí ya viejas. Para mis adentros decía, que pena, que viejecitas son, cuantos años de diferencia me sacan, Oh… que lejos veía yo los inviernos por los que atravesaban. No me daba cuenta de lo deprisa que pasaban esas estaciones de la vida. Ahora yo me encuentro en mi otoño, comenzándolo eso sí, pero nunca sabemos cuándo termina esa estación y si llegaremos a ver comenzar la próxima. Es la etapa en las que nuestras dolencias comienzan a asomar en nuestras vidas. También nos visitan las soledades, las pérdidas de amigos y familiares y como es natural nuestras incógnitas comienzan a aflorar en nuestras mentes. Cuándo nos encontramos con viejos conocidos, solemos preguntarnos ¿estaré tan viejo como fulano? Hay que ver se le han echado los años encima en un pis-pas, y con asombro también solemos decir, pues no es tan mayor, tiene unos pocos más que yo. Claro está que en nuestras edades, pocos años más son muchos. He llegado a la conclusión, de que en esta estación, lo mejor que podemos hacer es reírnos a carcajada limpia, aunque sea de nosotros mismos. Olvidarnos de pequeñas enfermedades y vivir lo más felizmente que podamos, saliendo diariamente de casa, simplemente a pasear, charlar con los amigos, tener reuniones con gentes de nuestro mismo nivel cultural o quizás un poco más alto pues eso siempre es bueno y nos aporta algo, acudir a clases en las que nos sintamos alegres, bien incorporados y a su vez aportemos algo de nuestra sabiduría y tomemos ejemplos de otras. Dejemos ya de preocuparnos de las enseñanzas que recibimos, de tener nuestras casas todas relucientes y dediquémonos a lo que más nos guste y nos complazca. Cuando de verdad nos llegue el invierno definitivo, todo lo que no hayamos disfrutado, habrá sido un tiempo baldío. Habremos desaprovechado ocasiones que debieran haber sido importantes en nuestras vidas. Si no hemos viajado, no hemos salido a fiestas etc, etc. eso ya jamás lo recuperaremos, pues aunque solo sea el otoño por el que estamos pasando, hay veces en las que ya es tarde para meter marcha al cuerpo. Los jóvenes de hoy en día nos dan muchas lecciones a los mayores, hay que preocuparse mucho más del día a día y del presente por que el futuro puede no llegar nunca. PILAR MORENO 26 Noviembre 2014

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