martes, 18 de noviembre de 2014

LA MURALLA

Una gran muralla se abría entre ellas, nunca se entendieron, una de ellas siempre lo lamentó, la otra parecía no sentir ni padecer, al contrario, cuanto más se alejaban, su disfrute era mayor. De vez en cuando se abría la puerta grande de esa inmensa muralla que les separaba y volvían a juntarse, pero entonces, pasado un rato de haberse encontrado, comenzaban a saltar chispas, era como si se produjese un choque de trenes de alta velocidad, imparables en su recorrido. La que se lamentaba de la situación, callaba, pasaba por alto todos los improperios, oprobios, epítetos, dicterios, que la mayor le dedicaba a ella y a su familia, aunque por dentro bullía de rabia y de no poder hacer nada por acallar todas aquellas lindezas con las que le regalaba los oídos. Pasaban los años y en lugar de ir calmando la ira con la edad, parecía que sus fuerzas aumentaban y en lugar de envejecer y apaciguar su estado de ánimo, cada día resurgía como el Ave Fénix de sus cenizas, no era consciente de que la muralla que las había separado durante mucho tiempo, se había derrumbado, había llegado el momento de que la menor se ocupase de su vida y de proporcionarle el mejor estado de bienestar posible, pero calamitosamente, no era posible razonar, hablar sosegadamente, exponer las situaciones y tratar de solucionarlas con naturalidad, y sobre todo con paz, sin alzar a cada paso o palabra la muralla que ya no era posible volver a levantar. Ni la enfermedad, ni el deterioro sufrido fue capaz de hacer reaccionar a esta persona. Tan solo cuando en los últimos meses de su vida se demenció, la trató con agrado, realmente, no era a ella, la confundía con otras personas que habían sido muy importantes en su vida, pero ya era tarde, ya no podrían entenderse jamás. Ahora era muy difícil pasar por encima de los cascotes de aquella muralla, que ella se había empeñado en levantar hacía tantos años. Fue muy penoso, no poder llorar la muerte de una madre como debe hacerse por haber existido una muralla entre las dos. PILAR MORENO 11 Noviembre 2014

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