La isla bonita como los canarios la llaman a su querida Palma, está siendo arrasada por la lava, el magma, la ceniza y todo lo que el volcán Cumbre Vieja está soltando por sus bocas.
Son varios los cráteres que este volcán
ha abierto a lo largo del tiempo que lleva en erupción, son muchas ya las
semanas que lleva haciendo de las suyas sin que nada ni nadie pueda pararlo.
Está claro que contra las fuerzas de la naturaleza nadie puede.
Cuantas familias han quedado sin
hogar, sin trabajo, sin fincas, sin huertos, y viendo sin poder hacer
absolutamente nada como todo se lo tragaba, delante de sus narices. Han tenido
que salir de sus propiedades prácticamente con lo puesto, algunos más
afortunados, han podido volver y recoger alguna de sus pertenencias, las justas
pues encima no sabían a donde las podían llevar si estaban en la calle.
Tiene que ser horrible salir
corriendo de tu casa en donde tienes toda tu vida, todos tus recuerdos, el
esfuerzo de tu trabajo, muchos donde han nacido y donde han criado a sus
propios hijos y con la incertidumbre de donde vas a poder pasar las noches
próximas, ¿dónde vas a poder acostar a tus hijos, donde los vas a bañar, que
ropa les pondrás si te has quedado sin nada? ¿Qué les darás de comer y dónde?
Los ha habido que han tenido un poco de suerte y han tenido familiares en otros
barrios o zonas en donde el maldito todavía no ha llegado y esperan que no
llegue, pero otros, durmiendo en polideportivos o en casas que la gente buena
les ha acogido.
Hay gentes de todas las edades,
unos más jóvenes que con tiempo y fuerza podrán reiniciar su vida con esfuerzo
y trabajo; pero otros, ya de edad avanzada, ¿qué será de ellos?, puede que
hasta la pena de haber perdido todo, también pierdan la vida, pensando en que
después de una vida de trabajo y esfuerzos se han quedado sin nada, en la calle
y que hasta la calle donde todo tenían ha desaparecido.
Las iglesias que se ha tragado,
que han quedado sepultadas para los restos de la vida. Los camposantos que han
estado a punto de desaparecer y que con tanta pena lloran por no poder ir en la
festividad de los Santos a poner unas flores a sus tumbas. A mi modo de ver,
era lo menos importante, al fin y al cabo, los que allí habitan, muertos están
y no se iban a enterar de nada si la lava les cubría. Más importante son los
negocios que se han perdido y que daban de comer a tantas familias, pero claro
está cada uno vemos las cosas de una forma diferente.
Parece ser que no tiene mucha
pinta de que vaya en breve a parar y a extinguirse, según los vulcanólogos,
está muy vivo todavía. Me pregunto dentro de mi ignorancia, como puede salir
desde tantísima profundidad de la tierra todo lo que está soltando, creo que
sería imposible hacer como dijo un día Julio Verne hacer un “Viaje al Fondo de
la Tierra, pues viendo todo lo que está sucediendo, creo que la tierra no tiene
fondo, como tampoco lo debe tener el mar, aunque en este según los sitios si se
ha visto.
Lo que me queda por decir y es
tal como lo pienso desde que esta desgracia comenzó, es que la isla puede
desaparecer, no como tal, sino que lo deje arrasado por completo, de forma en
que tengan que salir huyendo de allí los habitantes que quedan y sea imposible
de volver a ser habitada en muchísimos años.
Espero que Dios no lo permita y
que los que lo han perdido todo puedan volver a rehacer sus vidas y salir
adelante.
Creo que el hombre nunca aprende
y que se cometen los mismos errores una y otra vez, está claro que los primeros
en haberlo perdido todo, han sido los que más cerca de la falda del volcán
tenían sus propiedades, sus casas sus plantaciones. Cierto es que llevaba mucho
tiempo dormido, que era impensable que esto pudiese suceder, pero ya hubo hace
años otro que, con menos magnitud, que también se enfadó. Si tentamos a la
naturaleza lo más fácil es que puedan ocurrir cosas como esta. Llevamos viendo
muchas tormentas que se han llevado todo lo que estaba construido en las rieras
y en las orillas de los ríos, pero se debería actuar con más prudencia y no
arrebatar a la naturaleza lo que por derecho le pertenece.
PILAR
MORENO 7 noviembre 2021