domingo, 31 de octubre de 2021

UN BALNEARIO

Establecimientos de moda, negocios que la gente a adoptado de muy buena gana, como si fuesen la panacea de todos los males y allí se curase todo, sobre todo el estrés. Unos días en el balneario y las vacaciones de invierno resueltas y volvemos como nuevos suelen decir los que suelen ir a esos sitios.

En tiempos, estos balnearios se utilizaban para sanar a la gente que padecía reuma y cosas similares. Josefa, mi abuela paterna siempre padeció de muchísimo reuma y acudía con asiduidad a uno que se llamaba Trillo, en la provincia de Guadalajara.

También acudía a otro en Murcia que se llamaba Archena, en Alhama de Aragón fue varias veces, el balneario de Lanjarón fue uno de los más visitados. Según contaba mi padre, el suyo había gastado cantidad de dinero en llevar a todos los balnearios que le recomendaban para tratar de curar a su mujer con las aguas termales. Desde antes de la guerra civil ya comenzaron la andadura de balneario en balneario; el paréntesis de la guerra hizo suspender esa peregrinación, pero una vez terminada y calmada la situación comenzaron nuevamente a visitar esos establecimientos hasta que por puro aburrimiento dejaron de asistir.

Realmente el dinero gastado y el esfuerzo que suponía llevarla hasta esos sitios ya que entonces había que ir en tren, no sirvieron de nada. Desde que tuve uso de razón conocí a mi abuela en un sillón de ruedas y totalmente encorvada. Digo sillón pues estaba siempre sentada en un sillón de mimbre al que habían colocado unas ruedas y en el mismo la transportaban por toda la casa ya que la misma era tremendamente grande.

Ahora los balnearios se han convertido en sitios de relax, de vacaciones de lujo en los que además de las aguas con olor a huevos podridos, te recomiendan unos tratamientos milagrosos de masajes terapéuticos más piscinas de aguas termales en las cuales se baña cantidad de gente toda junta y de unas bañeras que sabe Dios solo la cantidad de gente que en ellas se meterán al cabo del año.

Jamás he asistido a un sitio de esos y creo que, si mi mente sigue en plena lucidez, jamás lo haré. Me producen rechazo, todo húmedo, ese olor tan especial.

 

PILAR MORENO 1 noviembre 2021

 

 

miércoles, 27 de octubre de 2021

EL ASCENSOR

 


Una calurosa tarde de verano salí a pasear. De pronto me encontré con una gigante tienda de chinos la cual nunca había visto, aunque si me habían hablado de ella.

Observé su escaparate y pensé para mis adentros, esto es un bazar en toda regla, aquí tiene que haber de todo. Como una limpia no será, pero curiosa un montón, decidí entrar a dar una vuelta por su interior y ver si todo era tan interesante como me habían contado. Comencé a pasear por todos sus pasillos y a fijarme en todo lo que allí se exponía, realmente era tremendo, si por fuera parecía grande por dentro aquello era un mundo.

Allí se podía encontrar de todo lo inimaginable, constaba de tres plantas en las cuales te ibas sorprendiendo pues realmente estaba todo muy bien organizado, distribuido por secciones, precios muy asequibles a cualquier bolsillo. Era difícil salir de allí sin haber comprado algo, todo era apetecible sobre todo para las que tenemos la mano un poco suelta.

A la entrada un chinito de no mas de quince o dieciséis años ya me ofreció una cesta y aunque le comenté que solo iba a mirar, me dijo no importa, tu lleval por si necesital. Ya sabía que de allí no saldría con las manos vacías. Después de haber dado una buena vuelta por la planta sótano en la que hay cantidad de flores artificiales, subí por una escalera bastante incómoda a la planta principal. Allí comencé mi recorrido, pasillo por pasillo y como era de esperar piqué. Unas bombillas que recordé tenía fundidas en la terraza; seguí mi camino despacio pues se estaba fresquito y con el calor que en la calle hacía, era una forma de pasar el rato. No tenía prisa, mi condición de viuda me permite gastar el tiempo en lo que más me apetezca.

Una vez terminada esa planta, decidí acceder a la superior, allí debía de haber mucho más en lo que recrear la vista y quizás gastar algún euro más. Cuando iba a comenzarla subida a la escalera, el chinito se acercó a mí y me dijo “hay ascensol más cómodo pala ti”, no lo dude ya que las escaleras son uno de mis peores enemigos. Me acerqué a donde el chinito me había indicado, pulsé el botón y aunque tardo algunos segundos en llegar, cuando lo hizo se abrieron las puertas y accedí a él.

Mi sorpresa fue que una vez cerradas las puertas, aquel artefacto no se movía. Más que un ascensor parecía un montacargas de un viejo hospital en el que suben y bajan los cadáveres o al menos eso me pareció a mí. Comencé a tocar los botones y aquello ni subía ni bajaba, no se abrían las puertas y mis nervios comenzaron a aflorar.

De pronto toque un botón y por un altavoz alguien contestó en chino. No lo podía creer, encima no me iban a entender. Dije educadamente que me había quedado encerrada, que me sacasen de allí. Volvió a contestar el chino en su idioma y bastante airado. Yo no podía más, estaba al borde del infarto. De pronto; se abren las puertas entres dos pisos y yo chillo y sin pensarlo de donde salía salta un chino ya mayorcito, con los ojos tan rasgados que parecía que se quería despertar y no podía. Aquellos ojos parecían dos puñaladas en un tomate y el jodio se pone en su idioma a señalar el suelo como si yo hubiese infringido alguna ley, pero con muy mal humor y claro está yo sin entender nada de nada.

En el suelo de aquel ascensor por llamarlo de alguna manera, había unas marcas señaladas con papel adhesivo. Cuando por fin llegué a la caja para abonar las bombillas compradas, la cajera que era española me preguntó que había pasado y le expliqué mi versión pero que no entendía el enfado del chino. Me comentó que esas marcas señaladas no se debían pisar pues descontrolaban el manejo de aquel aparato. No lo entendí, pues un ascensor se supone que es para elevar a las personas y cualquier defecto puede ser muy peligroso, incluso mortal.

No se si le habrá vuelto a pasar a alguien más. Yo solo sé que me juré no volver a ese comercio por cosas bonitas y baratas que tengan.

 

PILAR MORENO 23 octubre 2021

 

 

sábado, 16 de octubre de 2021

EL SINDROME DE STENDHALL


EL SINDROME DE STENDHALL

 

Este síndrome se produce por emoción,

nunca lo he sentido, según tengo entendido

 

este señor que da nombre al síndrome,

lo sufrió en una visita que hizo a la

ciudad de Florencia.

Acabo de regresar de esa bonita ciudad,

cuna del renacimiento, la ciudad que más arte contiene de toda Europa y quizás de todo el mundo. Es una maravilla ver todo su contenido, cosa por cosa, si un edificio es bonito el otro, es más, hay cosas que me han impactado bastante. Tengo que decir que no soy nada entendida en pintura, pero he quedado alucinada del cuadro del Nacimiento de Venus. Hay cuadros realmente bonitos, pero no soy capaz de sacar todo el sabor que sacaría un buen entendido en pintura.

Por el contrario, todas las esculturas que he podido admirar, me han encantado. La estatua de Perseo con la cabeza de Medusa colgando de su mano hecha en bronce, El Rapto de las Sabinas, Neptuno y tantas y tantas, pero la que no puedo sacar de mi cabeza es el gigante DAVID, que maravilla, nunca había visto una perfección tal, los músculos tan marcados, las venas de todo su cuerpo, sus uñas, sus glúteos y hasta los pelos de las piernas y muslos que no puedo explicarme como pudo hacer semejante maravilla.

Cual sería el comienzo de esta obra, un enorme bloque de mármol empezaría por la cabeza o por los pies, por la parte de delante o la de atrás, tiene una altura de cinco metros, utilizaría escaleras o andamios en aquella época no había muchos medios. También me pregunto quien sería el modelo pues hay que reconocer que es la perfección de un cuerpo humano y que debía conocerlo muy bien pues para sacar esos omoplatos tan perfectos, los bíceps.

También he visto unas estatuas de La Piedad inacabadas y mi pregunta es, en un bloque de mármol no puedes dar otra pincelada encima o borrar una equivocación, es volver a comenzar y tan fácil le era a Miguel Ángel esculpir que si no le gustaba lo dejaba sin terminar y comenzaba otra?

No he sentido ese síndrome, pero comprendo que personas sumamente sensibles lo puedan sentir.

 

PILAR MORENO  16 octubre 2021


RESIDENCIAS DE ANCIANOS O APARCAMIENTO DE VIEJOS

Ya tengo una edad en la que he visto muchas cosas y entre ellas las residencias de ancianos. Cuando entras en ellas, sean de la categoría que sean, bien de pago o estatales, para lo que yo quiero referir son todas iguales.

Cuando asomas la cabeza al salón en el que los ancianos se encuentran, bien jugando a juegos de mesa, viendo la televisión, charlando o discutiendo entre ellos, todos te miran con cara de asombro. Cuchichean entre sí y se preguntan quién eres; siempre hay algún osado que te pregunta con todo descaro a quien vas a visitar, o te piden una propinilla o unos cigarros pues allí no los pueden comprar, para mi forma de ver es lamentable el ver a esas personas que allí se sienten tan desvalidas.

Me gustaría hacer una encuesta entre todas esas personas que residen en ellas y que contestasen con franqueza si para ellos es el lugar ideal donde terminar sus días. La mayoría son invitados a ir a una de esas residencias, por sus propias familias, haciéndoles ver que van a estar mucho mejor que en su propia casa, le van a administrar mejor las medicinas, van a estar muy atendidos, les van a ayudar en todas sus necesidades, hay fisioterapeutas, médicos a horario completo, comidas saludables. En muchos de estos casos, con la disculpa de pagar la residencia, les venden sus pisos y sus pertenencias; así pueden entrar en una residencia mejor, con más caché.

Estoy segura de que la contestación que darían el 99% de los ancianos sería que no les gusta estar allí, que preferirían estar en sus casas atendidos por sus familiares o bien por alguna persona pagada claro está, pero no haber tenido que salir de la casa en donde han pasado toda su vida y la que contiene todos sus recuerdos.

Hay otras personas que, por su circunstancia de carácter o falta de saber convivir con el resto de los demás miembros de la familia, no hay más remedio que cuando se encuentran enfermas ingresarlas en un establecimiento de estas características. Estos seres, desgraciadamente, tampoco se adaptan a la convivencia con personas de su misma edad y todo lo que les ofrecen les parece mal, la comida les parece mala, las medicinas no se las dan cuando ellas quieren, no les duchan antes que a la compañera, las ropas no se las ponen lo suficientemente limpias etc.

Por el contrario, hay otras personas muy inteligentes, que deciden ellas mismas internarse en una de esas residencias, para no tener que convivir con nueras o yernos ya que ellas han compartido toda su vida con padres y no les había ido bien. Su idea es no hacer sufrir a los demás lo que ellos habían sufrido.

Es por eso que me pregunto si en la mayoría de los casos, estos hoteles para mayores como algunos les llaman, no serán aparcamientos de viejos, pues teniendo a sus mayores encerrados en esos lugares, los jóvenes pueden disponer de sus vidas sin ser molestados. Incluso gastarse el dinero de lo que han sacado por el piso, joyas, etc. También hay familias en las que se producen problemas porque el dinero de esas ventas hay que repartirlo. Hay veces que el reparto es tan grande que lo que no queda es para pagar la residencia del anciano y este se tiene que ver trasladado a otra que no tiene la categoría de la que en un primer lugar la habían ingresado.

 

PILAR MORENO 15 octubre 2021