MI CANCIÓN FAVORITA
Son muchas las canciones que a mi
mente asoman. Desde mi más tierna infancia, la música siempre me acompañó,
cualquier canción que sonaba en la radio me encantaba entonarla. Mi madre
siempre me decía que vaya orejón que tenía, pero a mi me importaba un pimiento,
yo cantaba todo lo que podía y además era muy folclórica, no sabía bailar, pero
yo daba vueltas como una peonza. Una de las primeras canciones que me encantaba
era “Su Primera Comunión” cantada por Juanito Valderrama. Otra que me gustaba
mucho era la Campanera.
Ya
siendo adolescente, mis ídolos principales eran “El Dúo Dinámico” con Perdóname,
Quince Años y tantas y tantas otras. Era tan fan de ellos, que me hice socia de
una revista tipo comic que se publicaba creo una vez al mes. En dicha revista
los protagonistas de la novelilla que en ella se narraba eran ellos dos. Creo
que me las aprendía de memoria. Sus canciones las cantaba continuamente, tenía
loca a mi familia.
También
me volvía loca con Raphael, era algo mágico el escucharle. Tengo una anécdota
que no puedo dejar de recordar. Un año por Reyes me regalaron un tocadiscos, un
Dual que era como una maletita pequeña, creo que en aquella época fue el mejor
regalo que jamás me habían hecho; pues bien cuando comencé a trabajar en la
empresa donde salí para casarme, el día que cobré mi primer sueldo, me sentí
como una reina y sin pensarlo dos veces, cuando salí de la oficina, me dirigí
directamente a Galerías Preciados que estaba a cien metros de donde yo
trabajaba. Fui a la sección de discos y me gasté todo el sueldo en disco de mi
artista favorito. Cuando llegué a mi casa iba contentísima, había logrado tener
los discos que más me gustaban de Raphael. Se me pasó la alegría rápidamente en
cuanto mi madre vio el contenido de la bolsa que en que los llevaba. Me dio una
de las palizas que solía atizarme.
En
aquella época vi todas sus películas, iba con mi prima que también era gran fan
de este artista.
Con
el tiempo fueron otros artistas los que me iban gustando, pero como los
anteriormente referidos nadie. Al recordar todo esto veo lo mayor que me he
hecho, estoy hablando de los años sesenta, teniendo en cuenta que en la oficina
referida entré a trabajar con dieciséis años y no fue mi primer empleo pues
desde que dejé de estudiar en tercero de bachiller, fueron varios los empleos
que tuve, aunque en los mismos nunca cotizaron por mí, por lo cual a la hora de
jubilarme no pude acceder a ninguna pensión.
Ya
después de casada a mi marido también le gustaba mucho la música y enseguida
compramos una cadena musical. Entonces como pasaba muchísimas horas sola con
mis niños pequeños, lo que más escuchaba era zarzuela que también me gusta
bastante. Dicha cadena dio mucho de sí pues al crecer mis hijos se les
compraban todos los discos que querían y se escuchaban en familia, sobre todo
yo que era la que estaba más en casa. Esa cadena se ha mantenido con vida hasta
que hace dos años se vendió la casa.
Con
los años, mi esposo y yo junto con otros matrimonios salíamos a bailar todos
los sábados después de cenar y recuerdo que nuestra canción era “Baila Morena”
de Julio Iglesias y también los pasodobles como Cocidito Madrileño, La Española
Cuando Besa, tantas y tantas. ¡Que recuerdos tan dulces! Lastima que estos
últimos ya no se repetirán.
PILAR
MORENO 22 octubre 2019