EPISTOLA PARA UNA AMIGA
Querida
Ascensión:
¿cuántos
años hace que no se nada de ti? Son tantos que ya ni los recuerdo, se que la
última vez que nos vimos fue en la oficina en que tu trabajabas en la calle
Velázquez, a la que fui a vender unos productos que yo representaba.
Me
produjo una gran alegría el encontrarte después de tantos años sin haber tenido
noticias tuyas. Observé que tu reacción al verme no fue tan efusiva como la mía,
lo cual me extrañó bastante pues habíamos sido tan amigas y aún después de
haberme casado yo, seguimos viéndonos e incluso mi marido logró colocarte en el
banco que trabajaba, así como a tu hermana y tu cuñado, no sin antes haber
hecho los exámenes correspondientes, después y sin saber por qué, la amistad se
fue diluyendo, aunque seguíais trabajando en el mimo banco, pero cada uno en
sucursales diferentes. Aun recuerdo el susto que te llevaste el día que
asesinaron a Carrero Blanco, cuando saltasteis por los aires dentro de la
oficina que estaba justo enfrente de donde fue el atentado, en la calle Claudio
Coello.
Nunca
olvidaré el día que entraste a trabajar en la oficina en la que yo trabajaba,
eras una criatura, tan modosita y aplicada en tus tareas, esa cara tan mona y
finita que tenías y aquella coleta baja que sujetaba tu larga melena. Enseguida
empatizamos y nuestra amistad era muy sincera, yo te contaba mis cuitas que
eran muchas y tus las tuyas. Enseguida me llevaste a tu casa y tus papás me
acogieron maravillosamente, luego tu papá me llevaba de vez en cuando unos
ramos de lilas que eran una preciosidad y los caquis que tanto me gustaban y
los llevabas para tomarlos en el bocadillo de la mañana. ¡qué recuerdos tan
bonitos! Con el tiempo y después de mi desengaño amoroso, conocí a Florencio el
que después fue mi esposo y tu a Ángel con el que tú también te llegaste a
casar.
Nunca
llegué a saber si tuvisteis hijos o no, la vida laboral de Florencio tomó otros
derroteros y al cambiar de entidad, las informaciones ya no llegaban de la
misma forma que al principio, tu no te pusiste nunca más en contacto conmigo.
En
una ocasión al coincidir con una persona que había trabajado contigo, le
pregunté si sabía algo de ti y muy por encima me contó que tu matrimonio había
sido un fracaso, te habías equivocado totalmente y estabas avergonzada y no
tenías contacto con nadie y eludías cualquier encuentro con personas que te
habían apreciado. En fin, te habías casado con un alcohólico y gracias a tu
trabajo estabais saliendo adelante pues el no daba ni chapa y el trato hacia a ti
dejaba mucho que desear. Te habían aconsejado que lo dejases, pero tu con la
bondad innata que tenías eras incapaz de hacerlo.
Recuerdo
bien, el enfado que cogiste cuando me presentaste a tu Ángel y te dije a las
primeras de cambio que no me gustaba nada, que no le veía chico para ti. No se
que te daría que desde el primer día te enamoraste como una loca de él. Era
chiquilín, con gafas culo de vaso, feo y nada fino como tu que eras una niña de
lo más educado y en todos los sentidos una señorita, aunque tus padres fuesen
los porteros de una finca en la calle Meléndez Valdés, cosa que a ti te
acomplejaba un poco. Tu padre también trabajaba como jardinero en el Parque del
Oeste y vivíais muy bien.
Creo
que no deberías haberte separado de esa manera de mi amistad, tu llegaste a
conocer a mis dos hijos y al poco de nacer el pequeño es cuando comenzó tu
distanciamiento, aunque yo seguía llamándote, hasta que ahora me figuro el
motivo dejaste de responder.
Me
da mucha pena no haber vuelto a saber de ti, espero de corazón que no hayas
sido de esas mujeres maltratadas por su pareja y que hayas podido resolver
todos tus problemas, aunque sé que son situaciones muy difíciles de resolver.
Ahora
ya es difícil que nos pongamos en contacto pues supongo que estarás jubilada
como todos los de nuestra edad. Yo he cambiado varias veces de domicilio y el
tuyo de no ser una casualidad que alguien me lo pudiese dar, tampoco lo sé. Si
algún día Dios quiere volver a ponerte en mi camino, estaré encantada de
recibirte con los brazos abiertos.
Siempre
tu amiga.
PILAR
MORENO 1 abril 2022