martes, 23 de abril de 2013

PALABRAS DE AMOR



Palabras de amor,

al oído me dice palabras de amor

y en mi cabeza resuenan

palabras de amor suaves y tiernas,

palabras de amor, libres, sinceras

palabras de amor que nunca escuché tan cerca.

Palabras de amor repite sin tregua,

palabras de amor que a querubines suenan,

palabras de amor sin  pudor revela

palabras de amor que su boca llenan.

palabras de amor las que mi alma anhela

palabras de amor...

¿las volverá a repetir cuando crezca?

PILAR MORENO – 21-4-2013

(INTENSO DÍA DE AMOR DE MI NIETO JORGE)


 

jueves, 18 de abril de 2013

A LAS SIETE DE LA MAÑANA



Son las siete de la mañana, el metro comienza a llenarse de gente. Variopinta, de todas nacionalidades. Acuden a sus trabajos, muertos de sueño la mayoría por haberse estado levantados más tarde de lo que debían, a otros el niño les había dado mala noche. Cada uno en su interior madurando sus problemas. Los que habían podido tomar asiento, o bien leían o para no dormirse se fijaban en los demás pasajeros. Unos iban muy arreglados, con pinta de ser oficinistas. Otros con mono de trabajo y no por eso menos limpios, desaliñados, con malos pelos, sucios, con mala pinta.
De pronto uno de los viajeros que iba sentado, comienza a hacer unas muecas muy extrañas. Los demás van fijándose en el rostro del hombre. Unos lo miran fijamente, otros miran hacia otro lado. El de la gabardina verde, se cambia de asiento. El de la coleta abre el diario para no mirarlo. La del moño en lo alto, comienza a reírse con disimulo por si lo ofende. La señora del gorro azul, se tapa la nariz. Llega la estación más importante y el vagón se queda prácticamente solo con los viajeros que van sentados pues su trayecto es más largo. Las muecas de aquel hombre, se hacen más visibles y ya sin poder reprimirse, suelta una carcajada, de las que contagian a todos sus compañeros de viaje. Aquel vagón se convierte en un instante en una gran terapia de grupo. Todos reían, y reían y cada vez más y más fuerte.
Realmente nadie sabía por qué lo hacía, pero no podían parar de reírse. En la siguiente estación, entró un señor muy circunspecto. Miraba atónito lo que allí pasaba. En la próxima estación se bajó y cambió de vagón. Otro viajero se incorporó y mirando a su alrededor, comenzó a reírse hasta que le caían las lágrimas. Según fueron llegando a sus destinos, se iban apeando y por el andén de la estación correspondiente, se les veía que seguían riendo.
Un comienzo de día muy saludable y un ejercicio que deberíamos hacer mucho más a menudo de lo que lo hacemos. Creo que es un ejercicio de lo más gratificante y de lo más económico. Deberíamos tomar ejemplo y comenzar nuestros días con una buena tanda de risas que por otro lado, no hay nada más sano reírse de nada.
PILAR MORENO 12-4-2013

DE TACON Y ROJOS



Paseaba con la elegancia que siempre había tenido. A pesar de sus años conservaba el aire señorial de los buenos tiempos. Los tiempos en que se había permitido tantas y tantas cosas. De buena familia, había heredado una gran fortuna a la muerte de sus progenitores, nunca tuvo hermanos  y dejándose aconsejar por los “amigos que bien la querían”, se dedicó a despilfarrar el dinero que pensó nunca se le terminaría. Rodeada de lujos y de sirvientes, se permitía viajar sin cesar, nunca le faltaba una buena compañía a la que claro está le pagaba todo para no verse sola.
Los tiempos estaban cambiando, la vida fue encareciéndose pero ella seguía su ritmo, hasta que llegó el día en que tuvo que enfrentarse a la cruda realidad. Su administrador, aunque le había advertido muchas veces lo que estaba pasando, en esta ocasión le dio un ultimátum. Debía adaptarse a vivir de otra forma o en poco tiempo se vería mendigando hasta para comer. Aquella inmensa fortuna, se había debilitado de tal forma, que había de prescindir de todo aquello que no fuese necesario para subsistir. Podría seguir viviendo en la misma casa, pero con tan solo una criada y por supuesto las grandes fiestas, comidas y viajes estaban finiquitados. Para ella no fue nada agradable afrontar la cruda realidad pero no le quedó más remedio que aceptarlo. Seguiría viviendo en la calle Goya en donde había nacido y alegando que no se encontraba bien de salud y se hacía mayor, el carácter le había cambiado y ya no tenía ganas de jarana. Todo ello de cara a la galería para evitar que nadie supiese su infernal situación económica.
En la calle de Serrano, muy cerca de donde vivía, había una zapatería la cual para ella había sido uno de sus lugares de despilfarro. Paseando por delante de ella, vio que al fondo de la tienda, habían colocado una vitrina con varios pares de zapatos, que ella desde la calle no alcanzaba a divisar. Siendo tan conocida en aquel lugar, entró y se dirigió directamente a la vitrina. Después de saludarla con el boato que siempre lo hacían los empleados, no dudaron en enseñarle y dejar que se probase aquellos zapatos que la habían deslumbrado. Eran unos zapatos “ROJOS Y DE UN TACÓN DE CASI 20 CM.”. Preguntó el precio, el dependiente muy amable le respondió pasados unos segundos, con el descuento que a usted siempre se le hace, se quedarían en 2000 €. Se quedó atónita, pues aunque siempre había sido una zapatería muy cara, aquello se pasaba de lo habitual y así se lo hizo saber al dependiente. –Sí pero es que estos zapatos son unos “MANOLOS”, téngalo en cuenta, son exclusivos y es la primera vez que los tenemos a la venta.-
Salió de la tienda muy pensativa, sabía que no los podría conseguir pues su situación no se lo permitía. Esperó a que cerrase todo el comercio y cuando ya estaba todo tranquilo, volvió a acercarse al escaparate, observó que dentro del local sólo estaba el dependiente que la había atendido. Lo hizo una seña y el hombre acudió a la puerta creyendo que al fin se los iba a llevar. Así fue se los probó, hizo que se los envolviese y cuando abrió el bolso para pagarlos, sacó un cuchillo y se lo clavó al pobre hombre en el corazón.

PILAR MORENO  16-4-2013

RESULTADOS DE LA DIASPORA



Desde el principio de los tiempos, la diáspora se producía en el pueblo judío, como consecuencia de las invasiones, incluso antes de la venida de Jesús. Este pueblo estaba repartido por diversos países, Roma Egipto etc.; fue siempre sometido a una gran persecución y hoy en día todavía la siguen sufriendo.
Desgraciadamente, a día de hoy, no solo son los judíos los que sufren la diáspora o “GOLA”, hay cantidad de pueblos que se están dispersando debido a las necesidades que padecen sus países. En España, estamos viendo desde hace tiempo, la llegada masiva de marroquíes, gentes del llamado Telón de Acero, como son los búlgaros, rumanos, checoslovacos, polacos, así como de América del Sur, colombianos, peruanos, ecuatorianos, uruguayos, argentinos etc., que a falta de trabajo en sus países, llegan al nuestro con la esperanza de poder sobrevivir y poder dar a sus familias un futuro mejor que el que les podrían dar en la patria que les vio nacer.
Cuando escucho por televisión la llegada de pateras, con esas pobres gentes que nuestras costas alcanzan con tantas dificultades. Con suerte los que lo consiguen, pues ¿cuántos quedan por esa mar que los vio salir de su país buscando una esperanza de vida y que la perdieron por el camino? me paro a pensar en cuántas dificultades pasarán allí, para arriesgar lo más preciado que el ser humano posee. ¿A cuántos sufrimientos estarán sometidos para lanzarse a las aguas del mar? Escuché el otro día a las condiciones que están sometidos los habitantes de Guinea Ecuatorial, con el señor Enguema a la cabeza del país y que consiente las barbaridades que están haciendo con las menores. Que se ha hecho con casi todas las tierras del país expropiándoselas por la fuerza a sus verdaderos dueños. Que siendo uno de los principales productores de petróleo y uno de los países que debería tener la renta per cápita  más alta del mundo, sin embargo es uno de los países con más miseria.
Es en estos momentos cuando comprendo la diáspora y creo que si yo me encontrase en una situación similar a la de estas personas, también me alejaría de mi tierra buscando un mejor bienestar para mi familia.
PILAR MORENO  9-4-2013


sábado, 6 de abril de 2013

NORA MENDEZ


Capitulo1
Su familia

D. Juan Mendizábal, un ingeniero agrónomo que había terminado su carrera con unas calificaciones excelentes, encuentra rápidamente un empleo que le permite vivir con desahogo, cosa que durante su niñez y su juventud no había podido hacer pues, provenía de una muy humilde familia, la cual tuvo que hacer grandes esfuerzos para darle la carrera que tanto anhelaba.
Llevaba pocos meses trabajando en su empresa cuando un día a la hora del desayuno le presentaron a la secretaria del dueño. Se atrajeron desde el primer momento y hacían por verse a esa hora casi a diario. Era una época en la que los noviazgos tardaban en formalizarse pero, día tras día se fueron dando cuenta de que entre ellos había comenzado a existir algo más que una simple amistad.
Petra Pérez que así se llamaba la secretaria, comenzó a preparar como antiguamente se hacía el ajuar con muchísima ilusión y Juan se afanaba por trabajar todo lo más posible para el día de su enlace poder ofrecer a su esposa el bienestar que ella se merecía. Cada día estaban más enamorados y deseaban que llegase cuanto antes el poder compartir sus vidas.
El matrimonio Mendizábal Pérez, formaron una pareja de lo más normal que existía, se habían casado dos años antes de estallar la guerra civil Española y ese hecho les empañó por bastante tiempo su felicidad. Petra se quedó en cinta justo el mismo mes que comenzar la guerra y en uno de sus bombardeos perdió el bebé que esperaban.
Pasaban los días y aunque entre ellos la felicidad seguía existiendo los avatares de los tiempos hacían que las cosas fuesen cada vez peor. La empresa donde trabajaba Juan hubo de cerrar por las circunstancias existentes. Pasaron una mala época y viendo que las cosas cada vez se ponían peor y los pocos ahorros que tenían estaban desapareciendo, se exiliaron a Puerto Rico.
El barco zarpó del puerto de Valencia y con la angustia propia de dejar a la familia atrás y su país, entre ellos se decían que lo hacían para salir adelante y que con el tiempo y una vez acabada la contienda podría volver a establecerse en España y retomar la vida familiar que en ella tan ilusionados habían formado.
La travesía duró más de mes y medio, pero sus esperanzas cada día crecían y cuando al fin divisaron tierra sus caras se iluminaron de felicidad. No fue fácil la llegada pues tenían que buscar lo primero alojamiento en un país totalmente desconocido y después trabajo.
Encontraron una habitación con derecho a cocina en el centro de la ciudad que a pesar de no ser lo que más les ilusionaba, al menos tenían un techo donde cobijarse. Una vez instalados, salieron los dos a buscar trabajo pues aunque Petra después de casada no lo había hecho, en las condiciones de ahora, no podía permitirse el quedarse en casa y que solo fuese su marido el que trabajase. No tardó Juan mucho en encontrar una empresa que lo contratase pues después de varias entrevistas su curriculum hablaba muy bien de él y rápidamente comenzó su nueva andadura.
A Petra le costó un poco más, pero al poco tiempo encontró también un puesto de secretaria que es lo que ella había hecho siempre. Con los salarios de los dos, pasados unos meses se permitieron alquilar un pisito para ellos solos que les llenó de alegría. Trabajaban sin parar pero no les importaba pues estaban tan enamorados que cuando llegaban a casa lo único que les importaba era estar juntos el mayor tiempo posible. Casi al los dos años de estar en Puerto Rico, Petra le comunicó a su esposo que estaba de nuevo embarazada, llevó un buen embarazo y a su debido tiempo llegó al mundo Félix su primer retoño.
La vida les iba sonriendo, contentos estaban de haber tomado aquella dura decisión, aunque les suponía estar lejos de sus familias, pero en aquellos momentos lo que importaba es que ya tenían la suya propia, ya eran tres y lo que no sabían es que a los pocos meses llegaría su segundo hijo Colas. El trabajo se iba acrecentando y Petra con la ayuda de una nativa, pudo sacar adelante a sus dos hijos y ella seguir trabajando.
El trabajo de Juan cada día era mayor y ya comenzaba a visualizar el poder independizarse y montar el mismo una empresa en lugar de trabajar como asalariado. Fue planteándoselo y como no daba un solo  paso sin consultar con Petra lo hablaron y a ella no le pareció mal la idea, pero había que sopesar muy bien todas las cosas pues era muy arriesgado y podían perder mucho, ya eran una familia de cuatro personas y había que andar con tiento.
Pasaron los meses y Juan se arriesgó y emprendió el camino que su corazón le había marcado, algo le decía en su interior que todo saldría a pedir de boca. Los comienzos fueron un poco difíciles como en toda empresa pero había muchas ganas de trabajar. Petra dejó su empleo y se fue a trabajar a su propia empresa, al fin y al cabo trabajarían los dos para ellos mismos y así estarían más horas juntos al día.
Todo iba  viento en popa y un día mientras atendía a unos clientes, Petra se sintió mal y se desplomó en el suelo, su esposo llegó corriendo y cuando recobró el conocimiento no tuvo más remedio que comunicarle que estaba esperando su tercer hijo. Sin poder reprimirse aún delante de los clientes la abrazó con toda su alma. –Petra, que feliz soy contigo-. Pasaron los meses mucho antes de lo que esperaban y al mundo llegó Lucas. Seguían teniendo a la misma tata nativa que había criado a los dos primeros hijos y formaban una familia de lo más unida y feliz.
Los negocios cada vez iban mejor, prosperaban por días, ya habían terminado de pagar los préstamos que habían tenido que pedir para montar la empresa, cada vez tenían que contratar más empleados y todo crecía con rapidez. Juan un día le dijo a su esposa,
-¿cariño no crees que ha llegado el momento de que cambiemos de casa?-.
No sé Juan, no será muy precipitado, sería mejor ahorrar un poco y después pensarlo.
Mira cielo, en esta casa estamos muy bien pero ya vamos estando un poco apretados.
Quizás tengas razón, si es tu deseo hagámoslo, sería bueno tener una habitación para cada uno de los chicos sobre todo ahora que….
¿Qué quieres decir? No será que…
Pues creo que sí, va a ser lo que estás pensando. Dios mío que alegría más grande.
Tras nueve meses de espera, cuando Juan le preguntó al médico, este le contestó.
En hora buena, esta vez ha sido una princesita.
Juan como loco entró a ver a Petra y a su pequeña, las abrazó con todas sus fuerzas.
¿Cómo la llamaremos? Como todos son chicos no se me había ocurrido pensar un nombre para niña.
No sé, quizás Mariela, es un nombre de esta bendita tierra que tantas alegrías nos está dando.
Pues no se hable más Mariela, un nombre tan bonito como ella.

Capitulo 2
La niñez
Los hijos de la familia Mendizábal Pérez, crecían en un ambiente familiar de lo mejor de la sociedad puertorriqueña.
Los chicos, Félix, Colas y Lucas, iban a un colegio de religiosos salesianos que había en la capital y eran educados al más alto nivel como correspondía a la gente de su estatus social. Hacían toda clase de deportes, jugaban al tenis, montaban a caballo, practicaban esgrima, el ajedrez era otra de las clases que les impartían pues decían que desarrollaba muy bien la mente. Debían estar preparados para el futuro que prometía ser de un nivel social muy elevado, dadas las características de los negocios de su padre.
Mariela, siendo la más pequeña de los hermanos y la única niña, estaba siendo criada por la tata Neli con todo el amor y el cariño y por supuesto con toda clase de caprichos.
Cuando cumplió la edad reglamentaria para asistir a un colegio, lo hizo pero al mejor y más caro de la ciudad. Eran las Hermanas Ursulinas, una orden dedicada a la educación, muy estricta pero que todas las asistentes salían con una educación exquisita. Debería prepararse para el futuro y saber afrontar la vida en todos sus aspectos, incluso para el laboral. La niña era preciosa, parecía un ángel caído del cielo, morena, con unos ojos negros como el azabache y una dulzura y simpatía inigualables, todo el mundo tenía que hacer con ella y las monjitas no iban a ser menos.
Se había ganado los favores de la madre Joaquina a la cual le habían encomendado el cuidado especial de Mariela. Pasaban horas y horas juntas, le instruía en catecismo, labores, clases de matemáticas. Se podía decir que eran dos en una, no se separaban jamás, ella debía revisar y aceptar todo lo que Mariela hiciese.
Pasaban los cursos y Mariela, que además de bonita era muy espabilada e inteligente, sabía sacar todo lo mejor de las enseñanzas que allí recibía, por eso la madre Joaquina, la permitía ciertos excesos y licencias que a otras alumnas, les estaba vedado. En ello también influían las sumas de dinero que su padre aportaba al convento.
Mariela iba cumpliendo todas las expectativas que para ella se habían señalado, no fallaba absolutamente en nada, con lo cual, tanto sus educadoras como sus padres estaban muy satisfechos de los resultados.
Sus padres, a los que cada vez les iban mejor los negocios, habían adquirido en los últimos tiempos una plantación de azúcar, la cual le reportaba pingües beneficios, habían pensado que en un futuro esa sería únicamente para Mariela, ya que las otras empresas ya se las habían adjudicado a cada uno de los tres hijos mayores.
Sin haber terminado todavía los estudios, un verano al salir de vacaciones, se encontró con la sorpresa de que sus padres le habían regalado un caballo. Fue una ilusión inmensa la que le produjo ese regalo, pues además de no esperarlo, era una gran amante de esos animales. Fue su delirio, pasaba horas y horas montando a Suki que es el nombre que ella misma le puso al cuadrúpedo.
Pasadas las vacaciones, cada vez que volvía a casa del colegio, lo primero que hacía era ir a la cuadra a visitar a su mejor amigo como ella le decía Suki y darse una vuelta con él. Todo hacía presagiar que sería una gran amazona.
Mariela seguía creciendo y al tiempo que prosperaba en sus estudios e iba alcanzando sus metas, su simpatía y su belleza, también iban creciendo. Le encantaba hacer obras de teatro en el colegio y siempre que podía, con la ayuda de la madre Joaquina, conseguía algún papel para las fiestas del colegio, cantaba en el coro y en definitiva era la alegría de todo el que estaba a su lado.
El colegio llegaba a su final, los años habían pasado casi sin darse cuenta y sus padres, de pronto se encontraron con una mujercita que había terminado sus estudios básicos y debía decidir qué camino tomar.
Sus hermanos, como era natural al ser mayores que ella, ya estaban estudiando cada uno su carrera universitaria. Félix Ingeniero Agrónomo como su padre. Colás, prefirió la Economía y Lucas decidió hacer Medicina ya que decía seré el primer médico de la familia, pues anteriormente no había ningún caso. ¿Y Mariela que haría?
Pasaba el tiempo y no se decidía por nada, siempre decía lo mismo, me lo tengo que pensar muy bien. Un buen día, en la hora del desayuno, estando todos juntos a la mesa, dijo con voz rotunda.
-Ya sé lo que quiero hacer-
Todos la miraron asombrados. Tú dirás
-Quiero estudiar Bellas Artes-, pues mi ilusión es ser artista.
A Don Juan casi le da un patatús y a doña Petra no digamos, ¿Cómo que ser artista? ¿Qué clase de artista?
-Me gustaría ser cantante o dedicarme al teatro e incluso compartir las dos cosas-.
No puede ser decía D. Juan, para eso te hemos educado en el mejor colegio de la ciudad. Estás preparada para hacer lo que quieras, pero ¡artista! Dios mío que desastre. ¿Y la plantación, que vas a hacer con ella?
-No te preocupes papá, que con tu ayuda y la de mis hermanos, la sacaremos adelante, pero primero he de satisfacer a mi corazón y lo que me pide por el momento es prepararme para ser artista.


Capítulo 3
Su juventud

Después de mucho pensar y tratar de convencerla, sus padres no fueron capaces de persuadirla y de hacerla desistir de eso que ellos llamaron un antojo, con lo cual no tuvieron más remedio que dejarla matricularse en la facultad de Bellas Artes, aunque para ellos era un autentico desatino. Pensaban que si se lo prohibían sería peor, habría que dejarla empezar y ella sola se desengañaría y daría marcha atrás, pero cuan engañados estaban.
Mariela, comenzó su carrera y al igual que en el colegio su entusiasmo iba en aumento y cada vez tenía más logros, tanto en la parte escénica como el canto. Era un autentico prodigio, cada curso estaba más y más contenta de haber elegido esa carrera. Se decía ella misma que le esperaba un futuro brillante.
Los padres dentro de no estar de acuerdo con la decisión que su hija había tomado, no tenían más remedio que viéndola feliz, aceptar la situación y pensar que en un futuro, una vez terminada la carrera, decidiese ocuparse de la plantación que para ella habían adquirido.
Mariela, cada día se volcaba más y más en sus estudios y progresaba de una forma que hasta sus profesores, estaban asombrados del camino que llevaba. Era un monstruo de la escena según ellos y cantando no tenía rival, le auguraban un futuro de lo más prometedor si seguía por ese camino y la suerte le sonreía un poquito. Solo se dedicaba a lo que realmente le interesaba, otras chicas de su edad, ya andaban ennoviadas o salían cada día con amigos, pero Mariela, era única, nada le interesaba a parte de sus estudios como había venido haciendo desde que tenía uso de razón.
Su hermano Félix, termino su carrera varios años antes que ella como  era natural puesto que era el mayor y con muy buenos resultados. Nada más salir de la facultad, se incorporó a trabajar en la primera empresa que D. Juan había creado y poco después se casó con Alba una chica de muy buena familia con la que había estudiado en la facultad. Eran muy felices y Mariela, desde el momento en que conoció a su cuñada Alba, se hicieron grandes amigas, eran muy afines en gustos y las dos de un carácter similar muy abierto.
Colás, también había terminado la carrera poco después que Félix se casase, pero él de momento no tenía ni novia, solo amigos con los que se divertía todo lo que podía. Se dedicó a los temas financieros de todas las empresas de D. Juan el cual estaba muy orgulloso pues sabía que de esa forma toda la cuestión económica de la familia estaba en buenas manos y así nadie de fuera sabría nada de las inversiones o el capital que ellos poseían.
A Lucas se le dio un poco peor su carrera pues había asignaturas que se le habían atravesado un poco por su dificultad, pero que el chico con mucho tesón las fue sacando adelante, por ese motivo terminó la carrera al tiempo que Mariela, aún llevándose casi dos años de diferencia de edad.
Mariela, como era de esperar, todas sus notas eran de sobresaliente y no cabía en sí de gozo al presentárselas a sus padres. Había logrado lo que se había propuesto, ser una artista, por lo menos de título, ahora quedaba lo más difícil, ser contratada por alguien para comenzar a trabajar.
Pronto lo haría…..


Capítulo 4
Sus comienzos

Tales habían sido las notas en su graduación, que pronto le comenzaron a salir contratos a pequeña escala, siempre haciendo pequeños papeles en la escena, así como de segunda actriz en algún teatro musical. Tenía éxito pero ella misma se decía, el triunfo llegará y será sonado.
Recorría todos los teatros de su país y poco a poco le iban lloviendo contratos más  ambiciosos de los cuales tenía que seleccionar los que más se aproximaban a su estilo, tanto teatral como musical. La fama dentro de su tierra  en muy poco tiempo se fue acrecentando, ya no era la principianta a la que llamaban para darle cuatro perras por actuar.
Un día llegó a Puerto Rico un famoso empresario, D. Rafael Atienza, al cual le fue presentada en una cena de gala y después de unas copas le dijo en un apartado que estaba interesado en hablar con ella.
D. Rafael, era muy conocido en toda Sudamérica y le propuso salir de gira por unos cuantos países, como Cuba, Argentina, Chile, ella se ilusionó mucho pero le pesaba salir de su país dejando solos a sus padres pues ya se estaban haciendo mayores y sobre todo salir sola en una compañía en la cual no conocía a nadie. –Eso, no tiene importancia, mi querida Mariela- Buscaremos una solución antes de firmar el contrato que en breves días te traeré para que lo estudies.
Pasados unos días, D. Rafael Atienza, se presentó, previa invitación en su domicilio en el cual conoció a sus padres, prometiéndoles que no tuviesen miedo, pues a su lado nada habría de pasarle. Además una de las clausulas del contrato que iban a firmar si era de su agrado, consistía en que Mariela pudiese llevar consigo a una persona de su total confianza, pues el no habría de poner pegas.
Mamá, ¿podrías acompañarme tú?
No cariño, yo ya no estoy para tanto viaje y cambios de horarios, además no quiero dejar a tu padre tanto tiempo pero si acepta, quien podría acompañarte y lo haría seguro tan bien como yo, sería Neli, tu tata, no en vano ella ha sido la que te ha criado desde que naciste y siempre estuvo a tu lado en lo que yo trabajaba con papá. Además es bastante más joven que yo y podrá soportar mejor ese ritmo de vida.
Llamaron a Neli al despacho y cuando apareció, D. Rafael, quedose asombrado pues, realmente Neli no parecía la criada como el suponía. Era una mulata de color muy claro que casi podría decirse que estaba tostada por el sol, atractiva de cara, sin ser bonita y con un gran cuerpo, andaría por los cincuenta pues cuando entro en la casa para hacerse cargo de Félix, el mayor de los hijos de los Mendizábal Pérez, apenas era una niña. Podía decirse que llevaba toda la vida en esa casa que hasta hoy también consideraba la suya.
Comentaron a Neli la propuesta que D. Rafael hacía y quedose esta un poco atónita, pasados unos segundos contestó con voz clara y serena. Yo acompañaré a mi niña Mariela hasta el infierno si fuese preciso, con mucho gusto, a pesar de darme mucha pena de dejar solos a los señores, pero como los tres niños ya son grandes, sabrán apañárselas sin mí.
Comenzó la lectura del contrato y todo estaba a gusto de los presentes,  a Neli también le pagarían un salario por ser la dama de compañía de Mariela. Hubo un punto que Mariela dudó pues no le agradaba dejar su nombre verdadero para convertirse en alguien que realmente no existía, pensó, ¡me convertiré en un fantasma!, ¿Cómo será mi vida en el papel de NORA MENDEZ? ¿Tendré que dejar mi personalidad? ¿En quién me voy a convertir?
D. Rafael le convenció, de que solo se trataba de tener un nombre artístico, pues Mariela, era demasiado dulce para aparecer en los carteles teatrales, debía de sonar fuerte, con garra, un nombre que denotase una gran personalidad, que aunque ella la tenía su nombre carecía de ella. Mariela, a pesar de sus dudas terminó por aceptar pues, en realidad tampoco suponía tanto, solo sería para la escena y ella seguiría siendo la misma. Además, teniendo a Neli a su lado, siempre sabría cual era su origen y su realidad.
Hubo de trabajar muy duro durante bastante tiempo, preparando la gira, los trajes que habría de lucir en escena, adaptarse a la compañía que para ella era totalmente desconocida y aunque ella era la estrella principal, la protagonista, quería saber todo sobre los componentes restantes, estar muy segura de que todos los personajes, sabían en condiciones sus papeles correspondientes, no quería dejar ningún cabo suelto antes de salir del país y sobre todo no quería ni un fallo que les pudiese llevar al fracaso después de tanto esfuerzo.
Llegó el día de la partida y toda su familia fue a despedirla al puerto, -pues entonces se viajaba en barco, sobre todo con la cantidad de baúles que toda la compañía acumulaba-, y a recordar a la tata Neli el papel tan importante que se le había encomendado, debería tener cien ojos, pues en ese mundo ya se sabe que hay muchos moscones revoloteando alrededor de las estrellas. Dentro del barco, se acomodaron en su camarote, siempre las dos juntas y comenzaron una travesía que aunque no era demasiado larga, si representaba para las dos la primera salida de su tierra, una aventura que no sabían cómo terminaría, ilusiones sin fin y si Dios lo quería un enloquecedor éxito para Mariela.


Capitulo 5
La consagración

El día del estreno en Cuba, fue un exitazo de lo más inesperado, el teatro se caía de los aplausos que el público le rendía, NORA, aturdida salía una y otra vez a saludar, más de quince minutos seguidos de ovación. Neli entre bambalinas, lloraba sin cesar pues nunca hubiese imaginado que su querida niña fuese a obtener en su primera función un éxito tan grande.
Al subir al camerino, había una autentica avalancha de reporteros, para fotografiarla y entrevistarla, así como innumerables ramos de flores, no daba crédito Mariela a todo lo que tan solo en unas horas estaba sucediendo. Después de mucho rato y cuando logró zafarse de aquel gentío, se pudo abrazar a Neli para celebrar en sus brazos aquel rotundo éxito. Se cambió y desmaquilló y se disponía a salir hacia el hotel junto a Neli, cuando tocaron a la puerta del camerino suavemente. Era D. Rafael que venía a buscarlas para celebrar esa misma noche con una gran cena, el debut tan tremendo que había obtenido. No pudo negarse, pero si le pidió por favor que le dejase un tiempo para poder llamar a su casa y darles ella misma la noticia a sus padres, estarían ansiosos esperando esa llamada.
Una vez que hubo realizado la llamada, salieron para el mejor restaurante de Cuba en donde les aguardaban otros empresarios a los cuales fue presentada. En esos momentos se sentía como una reina a la que todo el mundo adulase, pero en realidad sus pensamientos solo abrigaban la idea de poder irse al hotel a descansar, pues de momento todos esos agasajos, le venían grandes, ella era de una familia adinerada sí, pero a la vez muy sencilla en la que nunca se había visto tanta ostentación para celebrar un éxito. Su padre sin ir más lejos, había triunfado en los negocios y solamente con su familia había celebrado y de manera intima los logros conseguidos. Aquello le parecía demasiado y además al día siguiente no podría estarse todo el día en la cama, por Dios, con lo activa que era ella y en compañía de Neli, quería recorrer toda la ciudad, le habían hablado de lo bonita que era y además como no estarían muchos días allí, quería adquirir algún recuerdo para sus padres y hermanos y sobre todo para Alba, su cuñada que estaba en estado de buena esperanza y le hacía mucha ilusión comprar algún regalito para su futuro sobrino.
Nora no podía pensar que aquel éxito le iba a retener en Cuba nada más y nada menos que dos meses, con lo cual no podría volver a su tierra antes de ir a Chile que era el próximo debut. Se había prolongado demasiado y los planes de D. Rafael había que cambiarlos. Le sabía mal el no poder ver a sus queridos padres en tanto tiempo pues, si en Chile pasaba lo mismo, irían directos a Argentina y la gira se alargaba mucho más de lo esperado. En aquel tiempo, los viajes se demoraban en el tiempo pues había que hacerlos en barco y aunque era muy cómodo inevitablemente se tardaba bastante. Neli, estaba encantada pues esa situación le estaba permitiendo ver y hacer cosas que nunca hubiese soñado. Los baños en la piscina del barco, las compras en las tiendas del mismo, los paseos por cubierta acompañando siempre a Mariela, sin lugar a dudas todo maravilloso.
Cuando llegaron a Chile, lo primero como es natural fue instalarse en el hotel, de gran categoría por supuesto y después ir a visitar su lugar de trabajo, inspeccionar todo como era su costumbre, no quería dejar nada al azar, después de lo de Cuba, allí no podía ser menos, le comenzaba a picar el gusanillo del éxito, ya se sentía una de las grandes, para sí se decía, si trabajas bien qué fácil es triunfar, pero bien sabía que no era así. ¿Cuántas lo habían intentado y no les había salido como a ella?, también jugaba en su favor mucho la suerte.
La primera noche consiguió otro éxito tan grande como el de Cuba, al término cuando comenzaron los aplausos, ella salió reiteradas veces a saludar y a llegar al camerino, la misma inmensidad de ramos de flores, no tantos fotógrafos, fue menos agobiante. Cuando comenzaba a cambiarse, tocaron a la puerta y Nely salió a abrir como de costumbre. Era un admirador, que se había atrevido a ir en persona a pedir un autógrafo, se había quedado prendado de ella.
Nely, dijo al visitante que debería esperar fuera pues Nora estaba cambiándose y tardaría bastante en salir. Sin más le dio con la puerta en las narices.
Ya te lo decía yo, ¿Qué raro que hasta ahora no hubiese aparecido ningún moscón?
Cuando Nora terminó de cambiarse, salió seguida de Nely y como era de esperar allí estaba el moscón.
Buenas noches señorita Nora, solamente quería felicitarle por su gran éxito y pedirle un autógrafo.
Muchas gracias caballero, será un placer firmarle el cuadernillo de la obra.
Nora logró por fin salir a la calle y dirigirse hacia el hotel donde como de costumbre, antes de cenar haría la pertinente llamada a sus padres para luego dirigirse al comedor y cenar con D. Rafael y Nely para comentar todo lo sucedido. Tras la cena, se subió a la habitación pues estaba cansadísima y necesitaba un buen baño y un descanso que bien lo tenía merecido.
Al día siguiente, al terminar la obra y llegar a su camerino, allí se encontraba nuevamente el moscón, esta vez con un gran ramo de flores. Nora muy cortésmente se lo agradeció y cerró la puerta  tras ella, Nely le dijo, ya empezamos, esto es lo que yo tanto me temía, hoy es uno mañana dos y al final ¿cuántos serán?
No te preocupes mujer, es normal si al hombre le ha gustado la obra.
Si en realidad lo que me preocupa es que lo que le ha gustado es la protagonista y no haya forma de quitárselo de encima.
Fueron pasando las noches y una tras otra el mismo moscón seguía acudiendo a la puerta del camerino con la misma cantinela, todas las noches el ramo de flores y la felicitación. Una noche fue un poco más osado y le propuso salir a cenar con él, pero Nora que aunque joven era astuta, le dio calabazas pues la impresión que le dio es que podía ser hombre casado. No obstante el tiempo que duró en ese teatro la compañía, que se aproximó al mes, no dejo de acudir ni una sola noche.
Llegó el momento de recoger los bártulos y zarpar para Argentina. –Que ganas tengo de llegar, le comento a Nely, una vez estuvieron instaladas en su camarote-. La verdad es que estoy muy contenta de cómo están saliendo las cosas, pero hecho mucho de menos a mis padres y mi casa, ¿Cuánto tiempo nos quedará para regresar pues aquí, en Argentina son varias las ciudades que hemos de recorrer?
Bien es verdad que le gustaba su trabajo pero era muy cansado y una vez terminada la gira por Argentina, volvería a casa a descansar una buena temporada al abrigo de los suyos y mientras prepararía otros proyectos y estudiaría los siguientes libretos, además quería también debutar como cantante.
Buenos Aires era una gran ciudad en la cual el público era muy aficionado al buen teatro y desde la primera noche fue un total éxito. Como en las ciudades anteriores al terminar la función, siempre se encontraba con el camerino lleno de flores, bombones e incluso alguna joya de algún admirador. Una noche se presentó a la salida del teatro un tal Roque Muñiz, muy elegante él y muy bien plantado que se brindó a acompañarla hasta el hotel y si aceptaba le invitaría a cenar. Nora en ese momento y dejándose llevar por la adulación, aceptó y cenó con él. Muy cortés el señor Muñiz, todo galantería, hablaron del teatro, de lo mucho que a él le gustaba, cosas muy superfluas, al término de la cena, tomaron una copa en el salón de baile del hotel y se atrevieron incluso a bailar alguna pieza, todo guardando las más estrictas formas de comportamiento. No obstante, Nely no les perdía ojo desde una mesa más alejada y en compañía de D. Rafael, con el que había hecho muy buenas migas y parecían los perros guardianes de Nora.
Pasaban los días y Roque Muñiz seguía acudiendo a buscar a Nora noche tras noche, hasta que un día le confesó que se había enamorado perdidamente de ella desde el primer momento en que la vio. Nora, muy amablemente le contestó que estaba muy agusto con él pero que no entraba en sus planes enamorarse por el momento, nunca lo había estado en la vida y que pensaba que el día que surgiese sería algo muy especial para ella, ahora solo le interesaba su trabajo y pasar pequeños ratos con algún buen amigo que es lo que a él le había considerado.
Siguió acudiendo al teatro todos los días pero las cenas y las salidas se fueron distanciando, se limitaba a estar en el patio de butacas y después esperarla a la salida del camerino para saludarla. Una noche en la que Roque Muñiz estaba esperando a que Nora saliese, se acercó a la puerta del camerino, un hombre alto, rubio como de unos cuarenta años, bien parecido. Llamó a la puerta y como de costumbre salió Nely para ver quién era. Soy un admirador de la señorita Nora y quisiera saludarla.
Bien señor mío, habrá de esperar a que termine de arreglarse y pueda salir.
Pasados unos minutos, Nora cogió su bolso y seguida de Nely como siempre salieron del camerino. El hombre estaba apostado en la pared de enfrente esperando para pedirle un autógrafo y felicitarle por el éxito que estaba teniendo. Nora agradecida, le firmó el cuadernillo de la obra y le dio la mano. En ese momento, Roque Muñiz que se había escondido en un recodo del pasillo, salió enfurecido y sin mediar palabra, le asestó una puñalada en el costado, dejándolo mal herido. Nora y Nely, gritaron todo cuanto pudieron tratando de socorrer al pobre hombre que su delito simplemente había sido saludar a la primera actriz de la compañía. Las asistencias acudieron pasados unos minutos y trasladaron al hospital más cercano al herido, pero los esfuerzos fueron infructuosos, pues falleció en el trayecto.
Del tal Roque Muñiz, no se volvió a saber nada y gracias a Dios que en dos días terminaban la puesta en escena de Buenos Aires. Ni que decir tiene que D. Rafael no la dejó sola ni un omento pues ella además estaba aterrorizada.
El paso por las otras ciudades fue tranquilo aunque no menos exitoso, pero como Nely decía, no hubo moscones pesados y pudieron terminar la gira con tranquilidad.

Capítulo 6
El regreso a casa

Después de muchos meses fuera del hogar para Mariela pensar que estaba llegando a su casa, poder abrazar a sus padres y sus hermanos, era el mayor éxito de los últimos tiempos. Pensaba descansar todo lo que pudiese, hasta que D. Rafael le diese otra oportunidad, la cual no habría de tardar, pues él estaba tan entusiasmado como ella de lo bien que les había ido en la gira.

No tardaron en llegar y pudo encontrarse con todo el amor que siempre le habían profesado. También conoció al más pequeño de la familia Hugo, el hijo de Alba y su hermano Félix, que agradable un miembro más de la familia, tenía pocos días y era un infante de lo más precioso, sonrosado y morenito como sus progenitores. Alba le comunicó muy entusiasmada que ella sería la madrina de su bautizo y que hubiesen esperado lo que hiciese falta hasta su regreso pues no podía ser otra la que le llevase a la pila bautismal en sus brazos. Se abrazaron con la misma complicidad de siempre y el mismo cariño.
Para la cena se reunieron todos los miembros de la familia, sus hermanos Félix y Alba, Colas, Lucas y Nely que no podía faltar pues junto a ella tenían muchas cosas que contar. También acudió un joven muy alto, moreno de pelo rizado, con unas facciones un tanto indígenas que fue presentado a Mariela como Gonzalo Balbuena. Se estrecharon las manos y en ese momento supo que era un Ingeniero Agrónomo, compañero de facultad  de Félix y al que habían contratado para que llevase la plantación de caña de azúcar perteneciente a ella. Félix tenía demasiado trabajo y no podía atender a todo y Colas con los números tenía suficiente. Lucas como ya se sabía de las empresas no quería saber nada, solo su medicina vocacional de la cual estaba teniendo muy buenos resultados, e incluso había pensado en algún momento en dedicar algún tiempo a la investigación. Papá ya está mayor, comento Félix y debe cuidarse mucho pues su corazón no está para muchos sobresaltos. Fue así, como Mariela supo de la grave enfermedad que aquejaba a su padre en los últimos tiempos y de la cual a ella no le habían informado pues no deseaban preocuparla
durante su gira y que fuese lo más feliz posible. Le explicaron lo que le había ocurrido y por lo tanto no debía ni alterarse ni seguir trabajando al ritmo que lo había venido haciendo, pues la realidad palpable es que D. Juan contaba ya con ochenta años muy trabajados.
También le pusieron al corriente de cómo iba su plantación y para eso, nadie mejor que Gonzalo para explicarle todos los pormenores. Gonzalo se puso a hablar con Mariela dándole todos los detalles posibles y prometiéndole llevarla en breve a visitarla e in situ poder detallar más las novedades sobre la misma. Los dos jóvenes, charlaban sin parar y a la vez no dejaban de mirarse a los ojos, ella pensaba, ¿de dónde habrá sacado mi hermano este morenazo?, nunca había visto un hombre igual. El se decía lo mismo, nunca pensé que mi propia jefa fuese una joven tan atractiva y de singular belleza. Cuando actúe en los escenarios, los hombres se la rifaran y querrán comérsela con los ojos. He tratado a muchas mujeres pero ninguna tan bonita como esta. Estaban los dos entusiasmados, podría decirse que acababa de surgir un flechazo de los gordos, tanto es así que la visita a la plantación la planearon para el siguiente día sin más demora, estaban ansiosos los dos por volver a estar juntos y charlar de la plantación o de cualquier cosa.
Al día siguiente madrugaron para no hacerse esperar ninguno de los dos, fueron muy puntuales pues en el transcurso de la noche habían pensado el uno en el otro. Salieron en el coche de Gonzalo y se dirigieron a la plantación, allí Mariela, fue presentada a todos los campesinos que en ella trabajaban como la única jefa y que hasta ahora no habían podido conocer por estar fuera del país. Que agradable era todo ver que aquellas tierras la pertenecían por entero y eso sí gracias a su padre que fue quien las compró. Las pasearon lentamente sin importarles el calor que hacía, no sentían nada más que una sensación de paz y tranquilidad estando juntos, parecía que llevase media vida juntos. Cuando terminaron la visita, Gonzalo la devolvió a su casa pero Mariela no pudo resistirse y le invitó a comer. Una vez terminada la comida, le dijo que si no le importaba volvería con él para ir haciéndose más a la idea de que aquello le pertenecía. No era cierto solo quería estar cerca de él y Gonzalo acepto gustoso pues le ocurría lo mismo. Pasaban los días y eso se había convertido en una costumbre, una costumbre maravillosa, comían, cenaban, salían juntos alguna noche de fin de semana, en fin se hicieron inseparables, hasta que un día según estaban bailando, Gonzalo la cogió de la cintura y apretándola contra su pecho, la besó. Un beso que Mariela no rechazó ni mucho menos y que cuando lograron separarse y él le preguntó si le había gustado, ella le contestó que lo único que pensaba es que no lo iba a hacer nunca. Lo verdadero es que fue amor a primera vista.
Una noche mientras dormía, oyó gritar a su madre Mariela y rápidamente salió de su cuarto, tropezando en el pasillo con Nely, se dirigieron a la alcoba paterna, allí estaba su madre llorando sin parar y su padre en la cama tendido, parecía dormido pero no, estaba muerto, le había repetido el infarto y esta vez no le había podido superar. Que inmenso dolor sintió Mariela con esa pérdida, no podía creerlo, su padre, su querido padre ya no estaba con ella, ya no podría aconsejarla ni mimarla cuando estaba a su lado. En esos momentos tan tristes, solo la compañía de Gonzalo le hacía volver  a la vida, llenaba su espacio e incluso algunos días le hacía sonreír, fue su gran apoyo, el bastón donde sujetarse pues el resto de la familia estaban tan apenados como ella y solo el pequeño Hugo era ajeno a la tremenda tragedia por la que esa familia estaba atravesando. Pasaron los funerales y todo parecía volver a la normalidad aunque muy despacio y de todas formas, era una falta tan grande la que sentían todos que les costó mucho tiempo superarla.
Sonó el teléfono y Nely acudió acontestar.
-Aló, si un momento, enseguida se pone al aparato-
Niña, es para ti, dijo Nely.
¿Quién es?, preguntó Mariela
-D. Rafael- se ha enterado de lo de tu papá y quiere presentarte sus respetos.-
Bien, enseguida voy.
-Aló, ¿Quién es? A si D. Rafael, ¿Cómo está?, si bien claro le espero en una hora me va bien.
Cuando apareció D. Rafael por la puerta del salón, Mariela se echó en sus brazos sollozando sin parar. ¡Qué desgracia! Como iba yo a imaginar que estaba esperando mí regreso para morir.
No te atormentes niña, dijo D. Rafael, son las cosas de la vida y todos los seres humanos tenemos ese mismo destino, unos antes y otros después, tu papá era mayor y al menos no ha sufrido en el tránsito de un mundo al otro. Hablaron de muchas cosas, hicieron comentarios sobre la gira ya terminada y con el paso de la conversación Mariela parecía haberse ido reponiendo del sofocón inicial. También le contó a D. Rafael, la existencia de Gonzalo y lo enamorados que estaban. Este le felicitó y le dijo que desearía conocerlo para saber con quién estaba su pupila, pues para él que también era ya un poco mayor, Mariela había entrado en su vida como una artista pero a día de hoy, la consideraba como una hija y la cuidaba como tal en compañía de Nely. Por eso deseaba conocer al intruso que se había colado en su vida.
Pasado bastante rato, D. Rafael pasó a contar a Mariela sus nuevos proyectos, esta vez la gira sería más larga y seguramente que la iniciarían en España, actuando en todas las grandes ciudades, Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao, Valencia, eso le llevaría todavía bastante tiempo en prepararlo pero los ensayos deberían empezar enseguida pues en esta ocasión, también cantaría en el espectáculo y no había que dejar ningún cabo suelto, era una obra más complicada.
Mariela enseguida que se vio libre corrió a contárselo a Gonzalo, al cual no le hizo mucha gracia que su novia se fuese tanto tiempo de su lado, pero no le podía imponer nada, era su vida, su trabajo y ella se había consagrado para ello, había tenido una dura preparación  y era justo que disfrutase un tiempo de su esfuerzo y sacrificio por conseguir algo que ella había deseado. Por el momento seguían siendo inseparables y aprovechaban todo el tiempo posible para estar juntos. Un día Gonzalo, cuando fue a buscarla por la noche para salir a cenar, hizo avisar a su mamá y a Nely para que acudiesen al salón y estar allí los tres cuando Mariela bajase ya arreglada, esta al entrar se sorprendió de verlos allí a los tres reunidos, pues últimamente su mamá, no era muy normal que estuviese fuera de sus aposentos a raíz de la muerte de su esposo.
Cuando quieras podemos irnos dijo Mariela dirigiéndose a Gonzalo.
Aguarda un momento cariño, y metiendo su mano derecha en el bolsillo de la americana, sacó un estuche que entregó sin más a Mariela.
¿Qué es esto? Preguntó intrigada.
Ábrelo y lo verás, es para ti si es que aceptas casarte conmigo.
Se quedó petrificada, no sabía que responder ni que hacer en ese momento, no atinaba ni a abrir la cajita para ver su contenido. Cuando por fin logró abrirla, encontró el solitario más grande que había visto en su vida, pedazo de brillante, ¿te habrá costado una fortuna? Por Dios, estás loco, mirar, mirar se acercó a su madre y a Nely para enseñárselo. Eres increíble Gonzalo, no hacía falta este pedazo de piedra para que te dijese que sí, que me quiero casar contigo y cuanto antes mejor. Gracias vida mía, eres un ángel, como iba yo a suponer que me querías conquistar con esto, si sabes de sobra que soy tuya desde el  momento en que nos conocimos. Acepto de veras. Ahora solo hemos de fijar la fecha de la boda lo más rápido posible, pues me gustaría que cuando comenzase la gira ya estar casada contigo.
He de llamar a D. Rafael, comentó Mariela para que le conozcas y comentarle la noticia.
D. Rafael, soy Mariela, me gustaría que se pasase por casa para presentarle a Gonzalo mi novio.
Está bien pequeña, te va bien esta tarde a las cinco.
Perfecto a esa hora le estaremos esperando en el jardín con una buena limonada.
Apareció D. Rafael y como le habían prometido, allí le estaban esperando para hacer la presentación oficial de Gonzalo, se saludaron correctamente y el empresario no le quitaba ojo de encima, le observaba cada movimiento, cada ademán que hacía, escuchaba sus palabras con atención como si fuese la sentencia de un juez. Pensaba para sí, que hombre a escogido esta mocosa, es una joya al menos por ahora, guapo, elegante, ingeniero, trabajador. ¿Qué más se puede pedir a un joven?, la verdad es que aparentemente lo tiene todo, no tengo más remedio que dar mi beneplácito pues la niña ha sabido escoger. Y ¿para cuándo decís que será la boda?
Pues en cierto modo depende de usted, contesto Gonzalo.
¿Cómo que depende de mí?
Si verá, le explico, nos gustaría casarnos dijo Gonzalo antes de que usted decidiese la fecha de la gira por España, así esta señorita se marcharía habiéndose ya convertido en la señora de Balbuena. ¿Qué le parece?
Bien por mi parte no hay ningún inconveniente, el único es que estaréis bastante tiempo separados y para unos recién casados, no me parece lo más oportuno.
Ya hemos pensado en eso también, nos casaremos y la luna de miel la haremos los dos juntos de gira por España. ¿Acepta?
Como no voy a aceptar encantado, así la pobre Nely y yo podremos acostarnos a la hora que queramos y no estar pendientes de esta niña para que no se acerque ningún moscón como ella dice.
Pues no se hable más.
Pasaron tres meses y entre ensayo y ensayo, la boda se celebró, acudió toda la alta sociedad Puertorriqueña ya que allí eran muy conocidos como grandes empresarios. La novia estaba espectacular, bellísima, radiante, lucía una tiara de brillantes y perlas que le habían regalado sus hermanos y el vestido, parecía una modelo, era de Balenciaga, modisto español al que fue encargada la obra de arte, en seda natural con escote en forma de barco y todo bordado en pedrería. Más que una artista, lo que realmente parecía era una princesa de cuento. El novio, como siempre elegante con un flamante frac que todavía le hacía parecer más alto. Recibieron innumerables regalos de todo tipo y como D. Rafael no iba a quedarse atrás, les regaló un Cadillar de los de aquella época. Acudió a la boda dando el brazo a su inseparable Nely en los viajes.
Mariela continuaba los ensayos día tras día e iba preparándose para la marcha hacia España. En esta ocasión el camarote estaría ocupado por ella y su esposo en lugar de Naly. Antes de partir, D. Rafael que siempre había estado soltero, les sorprendió pidiendo la mano de Nely y casarse con ella también antes de partir y así ocuparían solo dos camarotes, con dos matrimonios. Nely aceptó gustosa pues desde hacía tiempo le gustaba D. Rafael pero como él no se lanzaba ella solo hacía de acompañante en las veladas en que cuidaban a Mariela.
Llegó el día de la partida y aunque le daba mucha pena separarse de su madre, en esta ocasión iba con ella su gran amor, su esposo. Tardaron mucho tiempo en la travesía pero no les importaba pues estaban tan agusto, tan compenetrados, que no sentían el paso de los días es más cuando llegaron a Valencia para desembarcar, les pareció que el viaje había pasado en un suspiro.
Madrid era el punto de destino como  la capital que era, y hubieron de tomar un tren para llegar hasta ella. Llegaron temprano y tomaron un taxi para dirigirse al Hotel Capítol que era uno de los más elegantes de la época. Deshicieron las maletas y se aposentaron en una suite que para ellos había sido reservada. Salieron a cenar los cuatro juntos pues había que visitar la ciudad de la que tanto habían oído hablar a los padres de Mariela. Era una ciudad hermosa, bulliciosa en su Gran Vía, pero a la vez hospitalaria, seductora, acogedora, reunía muchos adjetivos en uno solo maravillosa. La gran urbe, no tenía nada que ver con las otras ciudades de Sudamérica que había visitado en su gira anterior, esta tenía otro encanto para ella o es que quizás sabía que era la ciudad de sus antepasados, que allí había familia de sus padres a la que por supuesto no iba a dejar de visitar pues ya se lo había rogado su madre, sobre todo primos de ella pues los mayores ya habían fallecido al igual que sus abuelos.
Enseguida fueron a visitar el teatro en donde tendría lugar su debut, Teatro Lara se llamaba y estaba bastante cerca del hotel, con lo cual cuando saliesen después de terminada la función, podrían pasear, despejarse un poco en lugar de tomar un taxi e ir directos al hotel, mejor así, además cada día podrían cenar en algún restaurante distinto al del día anterior.

Capítulo 7
El debut en España

A la salida del hotel hacia el teatro, Mariela ya se había convertido nuevamente en Nora Méndez, en esos momentos dejaba de ser ella para convertirse en el personaje ideado por D. Rafael. Gonzalo le había pedido que se llamase Nora Balbuena pero ella dijo que se había bautizado como Méndez para la escena y que así seguiría, no podía ni quería defraudar a quien tanto había hecho por ella, poniéndola de primera actriz nada más comenzar su carrera. Le estaba muy agradecida y con ella se había portado siempre como si fuese su padre. Además si en la ficción se llamaba Nora Balbuena, ¿Qué dejaba para su intimidad?, por eso Gonzalo no tuvo más remedio que aceptarlo.
En la función, no solamente hacía Nora de actriz sino de cantante y era su debut como tal. El éxito fue arrollador, el teatro se venía debajo de los aplausos, más de veinte minutos el público en pie sin dejar de aplaudir, era algo inesperado, nadie en esa época había conseguido algo así, Nora tuvo que salir a saludar innumerables veces y el telón no hacía más que subir y bajar. Su esposo, así como Nely y D. Rafael, estaban asombrados se les saltaban las lágrimas, que éxito, que éxito, increíble fue lo de Sudamérica pero esto es todavía más estremecedor pues las dificultades eran bastante más grandes y además las canciones no eran nada fáciles, teniéndolas que combinar con las escenas. Realmente, NORA era una gran actriz.
Tenían que ir apartando a las personas que había en los pasillos Gonzalo junto con varios empleados del teatro para que la dejasen pasar al camerino y cuando a este llegó, no se podía ni contar las flores que en el  mismo había. Estaba muy cansada y solo quería llegar al hotel para acostarse, creía que esa noche ni tan siquiera cenaría. Tardaron mucho en poder zafarse de aquel gentío que la aclamaba sin cesar, a la salida en la calle seguían esperándola enfervorecidos por tan gran artista. Ella quería ir andando al hotel pues así le daría el aire, pero era imposible dar un paso, la multitud la seguía y Gonzalo que la llevaba cogida por la cintura, casi le era imposible seguir sus pasos, no la debía soltar pues temía que la tirasen y por más que pedían por favor que los dejasen, el público más y más la seguía aclamando.
D. Rafael y Gonzalo, decidieron que los próximos días saldrían por la salida de emergencia, cuando ya hubiese pasado un buen rato de terminada la obra.
Debido al éxito obtenido, en Madrid hubo que prolongar la estancia y estuvieron casi tres meses, no lo podían creer. De Madrid fueron a Barcelona, donde sucedió lo mismo, noche tras noche, dos meses de estancia, aclamada como una reina, de allí Bilbao, La Coruña, Valladolid, otra vez Madrid durante un mes más y de ahí a Sevilla, en cada ciudad se repetía el mismo éxito, ya solo les quedaba Valencia que había sido escogida para las últimas actuaciones ya que desde allí partirían otra vez para Puerto Rico.
Una vez en Valencia, se tomaron una semana de descanso en lo que terminaban de preparar el teatro en el cual iba a actuar. Hacían compras, iban a la playa, era tan relajante aquel clima. Una vez comenzado el espectáculo, una noche, estando en el camerino, tocaron a la puerta y Nely como de costumbre abrió. Un grito ensordecedor dio la mujer al ver quien estaba tras la puerta, nada más y nada menos que Roque Muñiz. Lívida se quedó Nora, pues al oír gritar a Nely, salió en bata a ver qué era lo que pasaba. Dios mío…
-Hola princesa, ¿a que no me esperabas?-
Márchese de aquí de inmediato, dijo gritando todo lo más que podía.
-No me marcharé hasta que no vengas conmigo, te llevo siguiendo por todos los teatros desde aquella noche, pero aquí no me conoce nadie-
En ese momento llegaron los empleados del teatro que habían oído el grito de Nely y las voces que Nora daba.
Llamen a la policía, llévense a este monstruo de aquí.
El se resistía, pero al ver que aquello iba en serio, decidió marcharse.
Nora cerrando  la puerta, se echó a llorar abrazada a Nely.
No llores niña, termina de arreglarte y bajemos que Gonzalo y Rafael nos esperan.
Yo no sé si voy a poder seguir actuando sabiendo que este loco está suelto Nely, tengo miedo, será capaz de hacer otra locura como entonces. Temo por Gonzalo y por Rafael que si se enteran no nos van a dejar solas y este tipo es capaz de cualquier cosa.
Será mejor que no nos dejen solas mi niña, así verá que hay dos hombres velando por ti y no se atreverá a volver a arrimarse tan siquiera.
En efecto, los esposos, no se separaron de ellas ninguna noche hasta que llegaban al hotel, para ellas era una seguridad, pero Nora seguía teniendo mucho miedo. Una vez terminado el contrato, le pidieron una prorroga más debido al éxito obtenido, hacía tiempo que no se hacía en aquel teatro tanta taquilla. D. Rafael  habló con Nora pero esta decidió que no seguía más. Aunque le ofreciesen el doble de lo pactado, ella no aceptaba, quería volver a su casa, a ver a su madre y a estar en su refugio como ella decía.
Desmontaron todo el teatro, comenzaron a recoger baúles que parecía que nunca se iba a terminar y fueron llevándolos al puerto en espera de embarcar. Había que esperar unos pocos días hasta que llegase el día de la partida.
Mientras salían a comer y cenar fuera del hotel, estaban de lo más relajados hasta que, una tarde, a la entrada del mismo, salió un hombre de un portal junto al mismo y sin mediar palabra, clavó un estilete en la espalda de Nora. Gonzalo pudo volverse con rapidez y agarrarlo por el cuello cuando este comenzaba a correr, lo tiró al suelo y con suerte que no se le pudo clavar también a él, pues esa era toda su intención. Se revolvía como una culebra. Los conserjes del hotel que lo habían visto todo, llamaron a una ambulancia al tiempo que a la policía, la cual acudió rápidamente.
Nora fue llevada al hospital con gran celeridad y una vez que le hicieron una cura de emergencia, la ingresaron para hacerle pruebas y ver si le había afectado a alguna parte que a simple vista no se apreciase.
La policía se llevó a Roque Muñiz detenido por la agresión a Nora y haber intentado hacer lo mismo a su esposo, pero cuando el inspector se personó en el hospital para hacerle un interrogatorio, esta les contó lo que había pasado con este individuo tiempo atrás, en Buenos Aires y que nunca había sido castigado por la ley, pues no fueron capaces de encontrarlo en toda Argentina.
El tiempo que habían planeado tener libre antes de embarcar, lo tuvo Nora que dedicar a cuidarse de la herida producida por Muñiz, además al hacerle todas las pruebas pertinentes, analíticas etc., le confirmaron que estaba en estado de buena esperanza. Dentro de lo mal que lo había pasado, fue la mejor noticia que les  podían haber dado.

Capítulo 8
La vuelta a Casa

Mariela, una vez que habían embarcado, se sintió tranquila y a salvo de aquel esquizofrénico que casi le arranca la vida, como hizo con aquel pobre hombre en Buenos Aires.
Gonzalo no se apartaba de ella ni un momento pues se sentía el hombre más feliz del mundo estando a su lado y deseaba llegar a Puerto Rico cuanto antes para que Mariela estuviese tranquila esperando la llegada de su primer hijo. ¿Qué alegría les iban a dar a la familia cuando supiesen la buena nueva? Habían pasado casi un año de gira y no había estado nada mal como luna de miel, aunque Mariela hubiese tenido que trabajar duro, pero le había compensado el estar con ella.
Nely y Rafael, formaban una pareja ideal, estaban cada día más enamorados y para ellos la paternidad ya no era posible, pero soñaban con la llegada del hijo de Mariela que para ellos sería como su nieto.
D. Rafael, seguía preparando proyectos de obras teatrales, cuyos papeles le irían muy bien a Mariela, pero ella ¿querría nuevamente ser Nora Méndez?.


Pilar Moreno – Noviembre 2012