miércoles, 9 de octubre de 2013

AQUELLA SOMBRA AZUL

Cuando llegó a su casa, abrió la puerta y la cerró despacio para no hacer ruido, era muy tarde y no debía despertar a los vecinos. Dejó las llaves en el pongo todo de la entrada y se dirigió a su habitación. Lo primero que haría sería darse una ducha y ponerse el pijama, había sido una jornada muy larga y de lo más dura. Se relajó con la ducha, fue a la cocina calentó un tazón de leche y se lo llevó al salón. No tenía apetito, con la leche sería suficiente. Tomó el libro de la mesita que estaba leyendo y se tumbó en el sofá. La lectura le libraría de pensar en todo lo acontecido durante el día. Nunca se acostumbraba a ciertas situaciones por muy normales que estas fuesen, quizás con los años se había convertido en una persona más sensible. Comenzó a leer, era un libro de lo más interesante y estaba muy enfrascada en él. Leería hasta que el sueño le venciese pues al día siguiente tenía el día libre. Tomó a sorbos su leche y casi sin darse cuenta se fue quedando dormida. De pronto vio pasar una sombra azul, era como una imagen difusa, pero estaba segura de que era azul, sin duda. Volvió a verla pasar y seguro que era azul, era una mujer y llevaba puesta como una bata larga, sobrepuesta por encima de los hombros y esta vez creyó ver que en sus brazos llevaba un niño ¿Quién sería y que objeto tenía que pasase por su salón? no se movió de donde estaba, se sentía agusto, no tuvo miedo. Cuando se movió, se dio cuenta de que se había quedado dormida, con el libro en las manos, las gafas puestas y la luz encendida. Entonces pensó que lo que había visto solamente era un sueño. Allí todo estaba igual que cuando se había acomodado en el sofá. Terminó la poca leche que había quedado en la taza, la cual estaba ya fría y se dirigió a la cama. Durmió hasta bien entrada la mañana. Pasó el día un poco inquieta pues intuía algo raro, seguía dando vueltas aquella sombra que había visto en su casa y que no podía asegurar que hubiese sido producto de un sueño. Cuando al día siguiente llegó al hospital, se incorporó a su puesto y preguntó por el niño que había tenido el accidente de coche con sus padres. Su compañera le comentó que el pobrecito había fallecido a las pocas horas de ella haber abandonado la guardia. Un escalofrío recorrió su espalda, la sombra azul que ella había visto en sueños ¿sería la Virgen llevándose al niño en los brazos? PILAR MORENO - OCTUBRE 2013

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