lunes, 28 de septiembre de 2015

COBARDÍA

Malditas enseñanzas que dieron,
malditos miedos que en el cerebro metieron,
todo era pecado, nada de libertad,
las palabras según cuales,
de la boca no deberían salir,
había que esperar que el hombre se pronunciase,
por eso ese amor fue perdido.
Amor inmenso que toda la vida ha durado,
ese amor que por miedo no llegó a término,
tanto tiempo estando juntos y cuando se decide,
un abrazo salido del corazón,
ese beso que traspasó hasta la garganta,
caricias tiernas que recorren todo el cuerpo.
Estando el cuerpo aún ardiente,
repara en lo que puede esa relación acarrear,
familias encontradas, problemas por doquier,
un acto de cobardía puede más que él,
decide en ese momento pedir perdón,
tragarse sus elevados sentimientos,
apartarse del ser amado de por vida.
Maldita sea, esos miedos, ella se doblega,
no lucha por lo que considera suyo,
se resigna a la voluntad del amado,
simplemente llora, se desgarra por dentro,
nadie debe notarlo, es mucho el daño sufrido,
tanto tiempo lo sucedido deseando y,
ahora de golpe de reina a mendiga,
si se lanza a suplicarle, a declarar lo que siente,
lo que su corazón le dicta, el amor que le profesa,
por ramera puede ser tomada y su orgullo maltrecho.
Eso no se lo puede permitir,
que dirían las familias, que desfachatez de niña,
no tiene vergüenza, perseguirlo de esta manera,
de esta forma, un sufrimiento eterno,
dos personas desdichadas,
pasados los años, matrimonios descalentados,
y al final, sueños nunca olvidados.

PILAR MORENO 28 septiembre 2015





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