Comienza un nuevo año, después de
todos los avatares vividos en los años anteriores, ya sea el Covid, la Filomena
y tantas y tantas desgracias que han sucedido, pensaba que este año que
acabamos de comenzar podría empezarle de una forma muy distinta a lo vivido
anteriormente.
Para empezar, yo creía que el bicho
se estaba extinguiendo, ya nos permitían ir sin mascarillas por la calle, los
contagios habían disminuido en grandes cantidades y las UCIS se encontraban
ocupadas en mínimas cantidades.
Por otro lado, llevo muchos años
jugando a la lotería nacional como creo que la mayoría de los españoles es una
tradición heredada de nuestros abuelos y padres. Este año viendo que el año
pasado me había correspondido algún reintegro e incluso alguna pequeña cantidad
que me había hecho recuperar lo invertido, pues fue lo suficiente para jugar
algo más que otros años, tampoco una excesiva cantidad dada mi situación de
viudedad y la pensión no me permite tirar cohetes.
Debe ser que me estoy haciendo
mayor y comencé a hacer cuentas como La Lechera. Ya estaba planeando que con lo
que me tocase, como todas las madres, repartir alguna cantidad entre los hijos.
Por otro lado, cumplir un deseo que llevo tiempo pensando y hasta ahora no he
podido hacerlo, viajar en un crucero. Si este resultaba de mi agrado, repetir
por otra parte y otros mares. Viajar a los Fiordos, que debe ser maravilloso.
Siempre me ha gustado viajar y
una vez cumplidos esos deseos, seguiría viajando por España en primer lugar
para conocer las partes que me faltan por ver, después seguiría viajando por
Europa y por cualquier sitio que se presentase.
Como se pueden suponer, el cántaro
se rompió, el bombo de la lotería este año no me ha favorecido ni con tan solo
un euro, quiere decirse que todo lo invertido ha servido solo para contribuir
al engorde de las arcas de hacienda. Que le vamos a hacer, como siempre digo,
tendrá que ser así.
A sí que mis intenciones de vida
nueva para el año que ha comenzado se limitan a que los hijos se aguanten con
lo que tienen con sus trabajos y sepan administrarse para no pedir nada, pues creo
que lo único que los voy a dejar será en el mundo.
Pero si he decidido que con lo
que tengo, vivir lo mejor posible, darme los caprichos que la pensión me
permita y pensar un poco más en mi persona. Los cruceros quizás se conviertan
en paseos en barca por el lago del Retiro, cosa que tampoco hice nunca, pero se
conformarme con lo que tengo.
Si la fortuna tiene pensado favorecerme
alguna vez pues, que se de prisa pues con los años que ya tengo, es posible que
no me de tiempo a disfrutar mucho tiempo y entonces si que tendría que dejárselo
a los herederos o en el mejor de los casos sirva para que en lugar de colocarme
en su momento en una residencia normalita pues fuese de un nivel más alto.
PILAR
MORENO 4 enero 2022
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