domingo, 14 de julio de 2013

LA ENCINA





            Vieja encina, ¿cuántos años llevas enraizada junto a las mías? La vecina   la más hermosa.  Tronco centenario, fértil cual vientre de mujer,  vida de innumerables ramas,  colores marrones que junto con tus hojas verde-grisáceas,  hacen de ti, reina de todos los alrededores.
            Tus hijas más jóvenes, se están hermanando con las de las mías y estáis formado una de las mejores sombras. Os estáis unificando y eso te engrandece aún más.
            Has estado coronada de flores anaranjadas herrumbras, las que dan paso a tus magníficos frutos otoñales, los que una vez maduros volcarás sobre la tierra, haciendo de ésta una de las mejores tierras.
            Hace ya muchos años, bajo tu sombra, mi anciano padre, gustaba de hacer la siesta, decía que no había un sitio mejor en toda la parcela, donde se respirase más paz y más frescura.
            A tus antecesoras, los celtas las llamaron “Kaërquez”, que significaba árbol hermoso. Sois símbolo de justicia y fuerza. Los griegos os consideraban árbol feliz y divino. Los hispanos, desde hace más de 2000 años se servían de vosotras como alimento durante las tres cuartas partes del año. Los montañeses, no se nutrían de otra cosa más que de vuestros frutos, las bellotas, que una vez secas y trituradas, se molían para hacer pan, el cual se podía guardar durante mucho tiempo.
            Sois un árbol silvestre que nace en los montes entre piedras y terrenos duros y os hacéis más corpulentas en tierras en donde hay agua. Sois una gran fuente de recursos en medicina. En tiempos de hambruna, habéis sido fuente de alimento para muchas familias.
            Mi querida encina, eres la Diosa y Reina Vegetal de España por tu adaptación al medio, tu belleza, tu nobleza y tu incansable verdor dan fe de ello.

            PILAR MORENO 13-7-2013



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