martes, 8 de marzo de 2016

COMO EN UN BAUL

Habían pasado muchos años de aquel acontecimiento, cualquiera lo hubiese olvidado. Simplemente había sido un amor de juventud ¿qué importancia tenía ya? Quizás se habían confundido pues se habían criado juntos y es posible que esa cercanía les hubiese hecho pensar en un amor. Pero… María nunca lo olvidó, en el fondo de su corazón se adivinaba una frágil llamita de lo que aquello había supuesto para ella. Eran demasiado jóvenes y cada uno tiró por su lado. Formaron sus familias, matrimonios, hijos. Es decir vidas normales como las de cualquier mortal. En pocas ocasiones coincidían y cuando lo hacían la verdad es que saltaban chispas de sus ojos. Cuando el padre de María fallece, vuelven a encontrarse y es entonces cuando Pedro la abraza como hacía años que no lo había hecho. Ella dentro de su pena, se encontró en unos brazos que para ella eran tan conocidos, tan ansiados y entre sollozos escuchó la voz que recordaba con tanta ternura, diciéndole unas palabras que jamás ha podido olvidar y que le hicieron retroceder en el tiempo -Eres una mujer fuerte, demuéstralo ahora, como ya lo hiciste en otra ocasión- Aquello quería decir que sabía lo que había sufrido cundo se separaron y aún así había salido adelante. Ahora debía de ser lo mismo aunque se tratase de situaciones diferentes. Estaba diciéndole al oído que había seguido sus pasos y sabía de su vida aún en la lejanía ¡Cuantas vueltas le dio María a esas pocas palabras en momentos tan difíciles! Le sirvieron de consuelo pues realmente había conseguido salir de aquel bache, tragándose sus lágrimas y su desolación. No se volvieron a ver. Cinco años más tarde, María recibió la comunicación del fallecimiento de Pedro en un grave accidente. Creyó volverse loca, tuvo que tragarse más lágrimas que nunca, llorarlo en silencio, nadie debía saber que en el fondo de su alma lo seguía amando. Acudió a su funeral y a día de hoy no sabe cómo pudo aguantar el tipo sin demostrar el terrible dolor que la afligía. Hace mucho tiempo de estos hechos pero María sigue sin olvidar. Tiene su familia, sus quehaceres, sus problemas como todo el mundo, pero ese recuerdo ahí sigue latente, nunca se borrará de su mente. Cuando esta sola y triste María da vueltas a su cabeza tratando de buscar en ella algo que hubiese podido hacer para en aquellos momentos no haber tenido que separarse de aquel muchacho que siendo tan joven la había enamorado de aquella forma. Hurgaba como en un baúl del que quieras sacar del fondo las cosas más antiguas y recordar con ellas las cosas que en aquella época habían sucedido. Ella recordaba palabras, caricias, besos y toda clase de hechos que en su mente estaban tan lacerantes como el primer día. Había sido su verdadera juventud, la que se vive plenamente con la persona a la que amas de todo corazón y que un día te arrancan de cuajo sin tu desearlo. Por eso María sigue pensando, revolviendo los antiguos tiempos en su memoria, sin parar sigue con la rebusca de sus queridos recuerdos. Eso nadie se lo podrá arrebatar, se irán con ella cuando le llegue su hora y solo desea que si en el Más Allá las personas se encuentran, poder volver abrazarle con todo su corazón. PILAR MORENO 2 Marzo 2016

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