martes, 23 de enero de 2024

CUENTO DE AÑO NUEVO (Basado en hechos reales)


En el año 2000, recién estrenado el siglo, unos inmigrantes rumanos llegan a España. Vienen con toda la ilusión de cambiar su vida por una mejor en nuestro país. Un matrimonio con ganas de comerse el mundo y dos hijos a sus espaldas.

Se colocan en donde pueden mientras arreglan papeles; en una obra el marido y la esposa asistiendo por las casas. Los hijos pueden escolarizarlos y el hijo aprovecha el tiempo a más no poder, quiere aprender bien el español y todo cuanto en la escuela le enseñan, por contra la hija, la mayoría de los días no asiste a las clases y se junta con gente de no buena reputación.

Una vez que han obtenido los papeles, la esposa se coloca en una casa fija en un barrio de lo mejor de Madrid, en donde está muchos años al servicio de los señores que la tenían muy bien considerada.

El esposo se coloca en una empresa de construcción en donde le va estupendamente.

Pasados unos años, el hijo dice que quiere ir en vacaciones a ver a la abuela, ya mayor en su país y los padres acceden, pero, a la hija no le dejan debido a su comportamiento y su falta de interés por los estudios. Sin pensarlo dos veces vende ciertas cosas por el valor del billete a su país y sin decir nada se va. Allí claro los acoge la abuela y la niña rebelde, conoce a un paisano y la deja embarazada. El consiguiente disgusto para abuelos y padres. El hermano vuelve a España y ella se queda en su país con el novio y padre de la niña con el que forman una familia. Al poco tiempo vuelve a embarazarse, tiene un niño. Como es una persona no muy equilibrada, deja a esa pareja y vuelve a España en donde encuentra el refugio con los padres donde le atienden a los dos niños pequeños.

Ella no quiere trabajar ni hacer nada, simplemente salir por las noches de juerga y gastarse lo poco que el padre de las criaturas le envía. A consecuencia de todo esto, el padre tiene que cuidar a los nietos por las mañanas y cambiar el turno con sus compañeros a por la tarde para que la abuela pueda seguir sirviendo por la mañana.

Pasa el tiempo y se vuelve a ir a su país con los niños, allí al amparo de los abuelos vive dos años, allí conoce a otro paisano y al poco tiempo queda embarazada de otra niña. Se vuelve a España con los niños y el nuevo padre de la niña última. Como no tienen trabajo la familia con mucho esfuerzo les ponen un pequeño negocio que, aunque no daba mucho dinero, lo que daba lo gastaba él en el Casino de Torrelodones. Visto el resultado que daba la tienda, tuvieron que cerrarla. Los familiares perdieron todo lo que habían invertido y la chica siguió como de costumbre sin querer hacer nada y viviendo a cuerpo de rey a costa de sus padres.

El hermano que era muy trabajador marchó para un país del Norte de Europa, con su esposa e hijos y llevando allí un tiempo, reclamó a la hermana y los niños para que trabajase allí. Allí si trabaja, pero de noche y como cuando llega a casa ya de mañana está muy cansada, se acuesta y no se levanta hasta que se tiene que duchar para volver a ir al trabajo.

Los niños van a la escuela, pero, son los encargados, sobre todo la mayor con catorce años es la que tiene que poner lavadoras, hacer comidas ir a comprar con el poco dinero que la madre les deja. Aunque en ese país la vida es muy cara, nadie sabe que hace con lo que gana que parece ser que al cambio en euros son como unos cinco mil.

De la escuela le han llamado la atención porque los niños no rinden y claro está les han preguntado la vida que tienen en su casa. Los niños se han sincerado con los maestros y ya en octubre tuvo la abuela materna que marchar para allá a cuidar de ellos pues, los servicios sociales se los querían quitar. Desde la casa la abuela veía todos los días un coche que paraba delante de la casa y observaban los movimientos de esta. La abuela tuvo que volver a España y desde entonces no sabe nada de ellos. La madre no les deja hablar por teléfono y ella tampoco llama a los padres y si la llaman no contesta. La abuela ha tratado de razonar con ella y decirle que ella se los vuelve a traer a España y ella que haga lo que quiera con su vida, que mejor están aquí con los abuelos que en un centro de acogida. No ha consentido y solo dice que, si se los quitan mejor, que son sus hijos y hace lo que quiere con ellos, no le importa en absoluto que se los quiten de encima.

Si las cosas no han cambiado, los servicios sociales tenían previsto hacerse cargo de los niños a primeros de año. Es posible que al día que estamos, ya se los hayan quitado. Los abuelos están destrozados pensando en sus nietos.

 

PILAR MORENO 17 enero 2024

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