LOS RECUERDOS DE LA ABUELA

Cuando a esta casa llegan mis nietos haga poco o mucho tiempo que no la visiten entran a descubrir todos los tesoros que la abuelita guarda en cajones y armarios de una vez para otra, recuerdan todos los enseres los miran y remiran con admiración y orgullo. Son cosas de escaso valor, pero para ellos, tesoros valiosos como nada en el mundo, preguntan una y otra vez de donde vienen cuando lo he comprado, si será para ellos; nimiedades que se convierten en sus manos y en sus mentes auténticos artículos de lujo, siempre les digo que el día de mañana suyo será todo, habrán de repartirlo entre los cuatro, aunque hay cosas que solo han de ser para la única niña y que es la que más admira todo sobre todo las cosas personales. Me recuerda tanto a mi cuando su edad tenía, siendo la única nieta la abuela todo me lo había donado en vida, todo era mío, no tenía a nadie más con quien compartir, claro está que fue de palabra, craso error, era solo una niña, no tenía ni voz ni voto, aquella casa se deshizo y lo que fueron mis tesoros de niña fueron a parar al trapero. ya no quedaba apenas nada, cuatro cosas que mi madre guardó y que para ella no significaban nada aunque provenían de su casa materna; esas pocas cosas, a mis años aún las conservo; y las miro con admiración y cariño, unas las tengo expuestas, otras guardadas con celo, pero siempre están entre mis tesoros más valiosos. De ahí mi determinación de escribir junto al testamento, lo que deseo que sea para mis niños, para que nadie en su momento pueda arrebatárselo, que exclusivamente sea para ellos y que ellos dispongan lo que hacer con ello. Que los padres no puedan disponer de lo que ellos han gozado en su niñez y de lo que yo he gozado viéndoles gozar a ellos. Este testimonio ha de servir para que cuando una abuela o abuelo quiera dejar en herencia algo a cualquiera de sus nietos, nadie deba contradecir ese deseo, aunque en el momento del fallecimiento ya no esté en plenas facultades, pero que cuando hizo la promesa de dárselo si lo estaba. PILAR MORENO 21 julio 2015