martes, 14 de julio de 2015
TARDE DE VERANO
Como barca varada en la arena tras la tormenta
quedé sola en las blancas arenas de aquella playa
te buscaba cual gaviota ansía su alimento
y como dice Sabina, me dieron las diez y las once,
las doce y la una, las dos y las tres
y sola buscándote, solo encontré la luna
una luna que envuelve amores,
los protege y los ampara, pero…
esa tarde donde fue a parar el mío
se hizo a la mar envuelto en las suaves olas
sus caricias quizás le gustaron más que las mías
le darían tanto amor en poco tiempo
como pudo olvidar lo que horas antes prometía.
No, no es cierto que el amor bajo la luna
y las promesas recibidas sean eternas,
son volátiles como las aves que surcan los mares.
PILAR MORENO 14 julio 2015
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