Un radiante sol de primavera
llenaban el día de luz y pureza,
la soleada estancia recibía largos
días de gozo y ternura;
Ahora la soledad,
su más fiel compañera,
el silencio permitía escuchar
el aletear de los pájaros,
rondar las golondrinas bajo el tejado,
anidando bajo el mismo para criar sus polluelos;
Cuantos recuerdos de tiempos pasados
de épocas felices en las que juntos
se arrullaban en las estrelladas noches
dando rienda suelta al amor que les unía;
Ya no hay mañana,
solo un incierto futuro
en el que ya no se escucha el trinar de las aves
la negrura de las noches solitarias
el devenir de los días silenciosos
sin pasión, sin amor, sin su cuerpo,
sin esos brazos que la rodeaban y la amaban,
que la hacían flotar sobre las nubes,
la misma estancia ahora parecía lúgubre
perdió la luz con su marcha
ya no había gozo ni ternura,
la pureza del sol primaveral ya no existía
solo su más fiel compañera
la soledad habitaba entre aquellos muros,
ya nada sería lo mismo
un inmenso abatimiento se apoderó de su ser
solo esperaba el día,
ansiaba con todas sus fuerzas
volar al infinito y reunirse con él.
PILAR MORENO 30 ABRIL 2016
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