Ya tengo una edad en la que he visto muchas cosas y entre ellas las residencias de ancianos. Cuando entras en ellas, sean de la categoría que sean, bien de pago o estatales, para lo que yo quiero referir son todas iguales.
Cuando
asomas la cabeza al salón en el que los ancianos se encuentran, bien jugando a
juegos de mesa, viendo la televisión, charlando o discutiendo entre ellos,
todos te miran con cara de asombro. Cuchichean entre sí y se preguntan quién
eres; siempre hay algún osado que te pregunta con todo descaro a quien vas a
visitar, o te piden una propinilla o unos cigarros pues allí no los pueden
comprar, para mi forma de ver es lamentable el ver a esas personas que allí se
sienten tan desvalidas.
Me
gustaría hacer una encuesta entre todas esas personas que residen en ellas y
que contestasen con franqueza si para ellos es el lugar ideal donde terminar
sus días. La mayoría son invitados a ir a una de esas residencias, por sus
propias familias, haciéndoles ver que van a estar mucho mejor que en su propia
casa, le van a administrar mejor las medicinas, van a estar muy atendidos, les
van a ayudar en todas sus necesidades, hay fisioterapeutas, médicos a horario
completo, comidas saludables. En muchos de estos casos, con la disculpa de
pagar la residencia, les venden sus pisos y sus pertenencias; así pueden entrar
en una residencia mejor, con más caché.
Estoy
segura de que la contestación que darían el 99% de los ancianos sería que no
les gusta estar allí, que preferirían estar en sus casas atendidos por sus
familiares o bien por alguna persona pagada claro está, pero no haber tenido
que salir de la casa en donde han pasado toda su vida y la que contiene todos
sus recuerdos.
Hay
otras personas que, por su circunstancia de carácter o falta de saber convivir
con el resto de los demás miembros de la familia, no hay más remedio que cuando
se encuentran enfermas ingresarlas en un establecimiento de estas
características. Estos seres, desgraciadamente, tampoco se adaptan a la
convivencia con personas de su misma edad y todo lo que les ofrecen les parece
mal, la comida les parece mala, las medicinas no se las dan cuando ellas
quieren, no les duchan antes que a la compañera, las ropas no se las ponen lo
suficientemente limpias etc.
Por
el contrario, hay otras personas muy inteligentes, que deciden ellas mismas
internarse en una de esas residencias, para no tener que convivir con nueras o
yernos ya que ellas han compartido toda su vida con padres y no les había ido
bien. Su idea es no hacer sufrir a los demás lo que ellos habían sufrido.
Es
por eso que me pregunto si en la mayoría de los casos, estos hoteles para
mayores como algunos les llaman, no serán aparcamientos de viejos, pues
teniendo a sus mayores encerrados en esos lugares, los jóvenes pueden disponer
de sus vidas sin ser molestados. Incluso gastarse el dinero de lo que han
sacado por el piso, joyas, etc. También hay familias en las que se producen
problemas porque el dinero de esas ventas hay que repartirlo. Hay veces que el
reparto es tan grande que lo que no queda es para pagar la residencia del
anciano y este se tiene que ver trasladado a otra que no tiene la categoría de
la que en un primer lugar la habían ingresado.
PILAR
MORENO 15 octubre 2021
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