Positivo, positivo, positivo, esas palabras martilleaban el cerebro de Andrea, sin cesar repetía, positivo, positivo, positivo era como si tuviese un disco metido en su cabeza, por más que hiciese aquello no dejaba de sonar.
Cuando Juan le preguntaba al
verla con una cara extraña, que era loque le pasaba, le contestaba que nada,
estaba un poco resfriada, pero lo que en realidad tenía era mucho miedo de
contarle lo que estaba dentro de su cabeza.
La situación por la que estaban
atravesando, era bastante precaria, a Juan lo habían despedido de la fábrica en
donde tantos años llevaba trabajando, indemnizándole con una misera cantidad de
euros, los que deberían guardar para ir haciendo frente a los gastos de la
casa, luz, agua, gas, etc… Solo contaban con lo que Andrea sacaba de las casas
a las que iba a asistir, pero en las cuales no estaba asegurada ni nada. Cogía
todas las que podía, por la mañana y por la tarde, pero no era suficiente,
mientras Juan trabajaba, era una ayuda importante, pero ahora solo con eso no
les llegaba a penas para poder dar de comer y cenar a sus cinco hijos.
Ella siempre fue una persona muy
activa, alegre y sobre todo positiva, pero en esos momentos, se le venía el
mundo encima cada vez que escuchaba en su mente repetir las palabras positivo,
positivo. ¿cómo decirle a Juan su situación?, aquello era desesperante, su
condición de católica, le decía que Dios les ayudaría, que no se preocupase,
que todo iba a salir bien, pero ¿cómo iban a salir adelante con un niño más?
Era por eso por lo que la palabra positivo la traía de cabeza.
Levaba unas semanas de retraso en
su menstruación y decidió hacerse la prueba de embrazo en la farmacia. Cuando
vio que era positivo, creyó volverse loca y más con la situación económica que
en esos momentos atravesaban. Pensó que con los años que ya tenía y después de
haber tenido cinco hijos anteriores, sería cosa de la menopausia, teniendo en
cuenta además de que el más pequeño, contaba ya diez años.
Decidió armarse de valor y
decirle a Juan sin más, positivo, positivo, positivo. Éste la miraba con cara expectante
como diciendo, ¿Qué dices, no entiendo nada?
Pues eso digo, que soy positivo,
positivo, positivo.
Bueno ya está bien de bromas, que
quiere decir eso, tanto positivo, pues eso que es positivo la prueba de
embarazo que me he hecho.
Al pobre Juan casi lo da un
patatús, pero no puede ser, después de tanto tiempo. ¿Y ahora que vamos a
hacer?, los dos lloraron sin consuelo durante mucho rato, pero al final
pensaron que de alguna manera la situación se arreglaría antes del nacimiento
del bebé.
Andrea se lo comentó a las
señoras a donde iba a asistir, las que ya sabían por la situación que estaba
pasando. Todas le dieron muchos ánimos y le decían que no se preocupase que
todo se arreglaría.
Una noche recibió una llamada de
una de dichas señoras y Andrea pensó lo peor, que quería prescindir de sus
servicios, pero cual fue su sorpresa cuando esta le indicó que Juan debería
presentarse en la empresa que su marido dirigía para darle el trabajo que más
se adecuase a sus aptitudes.
Después de darle las gracias por
semejante favor, colgó el teléfono y junto con Juan se pusieron a rezar y a dar
gracias a Dios por no haberles abandonado en un momento tan duro para ellos.
El ser positivo en esta vida
ayuda en muchísimas situaciones. Según dicen los médicos, una persona positiva
tiene más facilidad de curarse de cualquier enfermedad, que una negativa.
PILAR MORENO 5 marzo
2022
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