martes, 26 de marzo de 2024

ESCUCHANDO LA RADIO

 


            Hace mucho que no escucho la radio. Mi casa a partir de la jubilación de mi esposo, ya no recuerdo ni cuánto tiempo hace, solo se veía televisión. Yo que siempre la había tenido encendida y a un alto volumen, sobre todo en el chale en donde nadie me podía llamar la atención, la ponía para oírla desde cualquier rincón. Cuando él se quedó en casa, yo decidí hacer lo que siempre dije, yo me volví la mujer más ocupada del mundo. Los dos en la casa éramos casi incompatibles y el Centro el Pontón lo convertí casi en mi domicilio.

              Desde que era muy pequeña y no habiendo televisión en aquellos tiempos, escuchaba por las tardes con mi abuela y mi madre, las novelas que radiaban en la cadena Ser, me encantaba escuchar a Matilde Perico y Periquín. Las aventuras de Diego Valor y el Piloto del Espacio. Por las noches creo que eran los sábados, las Aventuras del Zorro, divertidísimas. También escuchábamos

Ustedes son Formidables, de Alberto Oliveras. Recuerdo muy bien las voces de Juana Jinzo, Matilde Conesa, Pedro Pablo Ayuso.  José Luis Peker y tantos y tantos locutores y actores de aquella época.

              Una vez casada y aunque ya tenía televisión, me encantaba escuchar a Luis del Olmo por las mañanas, como también a Iñaqui Gabilondo. En una de esas audiciones y siendo mi niño mayor muy pequeñito, una mañana dieron la terrible noticia del asesinato de Carrero Blanco, presidente del gobierno en aquel entonces. Fue muy duro, yo era muy joven y aquello me sonó como si fuese el fin del mundo. Al poco rato de escucharlo me llamó mi marido por teléfono para comunicármelo y de paso decirme que había sido en la calle Claudio Coello, justo en la puerta de una sucursal del banco en el que el trabajaba, en la cual estaba una compañera mía, que entonces trabajaba allí y de la explosión salieron todos por los aires de sus puestos de trabajo. Gracias a Dios no hubo heridos, pero si un tremendísimo susto y la oficina hubo que cerrarla debido a los destrozos sufridos. Con el tiempo fue rehabilitada.

              Así pasaba yo mis mañanas, entre programa y programa, por las tardes, estando ya los niños en casa, la radio pasó a ser relegada por la tele que era lo que los peques demandaban. Cuando vinimos a vivir al chale ya las mañanas volvieron a ser mías dentro de lo que podía pues me pasaba el día de un lado a otro, transportando a mis hijos que si a la estación, que si al instituto, que a la compra. Ya no era lo mismo, mi trajín era diferente y lo que si hacía era poner música lo más alto posible ya que me distraía mucho en lo que preparaba la comida y me disponía otra vez a salir en busca de mis hijos y también de algún amiguito que sus padres no podían recogerlo.

              Como ya he explicado desde la jubilación de Florencio, la radio solo pasó a ser objeto de escuchar los partidos de futbol los domingos, cosa que a mi me desesperaba. Nunca pude con ese sonido. Ahora que estoy sola, lo que más me gusta, es poner música, leer y si prendo la tele la pongo en silencio pues me molesta lo que hablan y como no hay programas buenos prefiero no escucharla. Solo veo alguna serie, pero muy poco.

 

                                                                       PILAR MORENO 1 marzo 2024

No hay comentarios:

Publicar un comentario