jueves, 26 de junio de 2014

ADIÓS MADRE

Era una tarde lluviosa, tremendamente oscura suena el teléfono, malas nuevas transmite si quieres verla con vida no debes demorarte. Un pequeño haz de luz iluminaba la estancia yacías sobre tu lado derecho los ojos cerrados al mundo y dabas los últimos halitos momento tan duro nunca imaginé, cierto era que no me querías muchas veces lo habías confesado. Nunca nos llevamos bien, pero… aquel momento llenó mi corazón de tristeza mi rostro de lágrimas inconsolables, sentada al borde de tu cama tomé tus manos entre las mías las besé y te acaricié el semblante, pálido, mortecino, sin ningún estímulo, ya no quedaba tiempo solo un adiós lamentable poco tiempo después, te convertiste en cadáver era tan duro perderte, perder a una madre Cuanto tiempo perdido que ya era irrecuperable recriminaciones continuas e inconfesables solo eso me hacías, de todo yo parecía culpable desde niña sentí tu desprecio tu ira, tu rabia y tus desmanes cierto fue que no te percibí nunca como madre me pregunté en ocasiones si tu hija era, nada teníamos que nos asemejase pero en esos momentos tan duros, mi corazón se salía del pecho que dolor tan grande atenazaba mi ser sabía que ya nada tenía remedio que nunca jamás te volvería a ver. PILAR MORENO

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