Hace ya años, alguien me preguntó sin que yo lo esperara, de golpe y
porrazo, como si una maza me hubiese caído sobre la cabeza. Tú que eres mayor y
tienes experiencia, ¿qué es la felicidad? Me quedé inmóvil, pensativa, la
verdad sin saber que contestar en ese preciso instante. Y como se hace en
muchas ocasiones que no sabes que decir, respondí con otra pregunta.
¿Por qué me preguntas eso? ¿Qué quieres decir?
Pues digo que no sé si soy feliz y quiero saber en qué consiste la
felicidad.
Respondí como pude para salir del paso. Creo que nadie es feliz del todo.
¿Por qué? O se es feliz o no se es.
Armándome de valor, comencé a decirle con mucha delicadeza. Todo el mundo
tiene momentos de mucha felicidad y otros no tanto. Para mí pues un momento de
mucha felicidad consiste en cuando el primer chico que te gusta de verdad, te
da un beso o simplemente te invita a salir. En ese momento, eres la persona más
feliz del mundo. Cuando encuentras tu primer trabajo y cobras tu primer
salario, te sientes tan bien tan importante. También cuando te casas, el día de
la boda es incomparable por eso se suele decir el día más feliz de mi vida.
Cuando viene al mundo tu primer hijo, ese momento es la culminación de la
felicidad, no hay nada igual y cuando llega el segundo sucede lo mismo y cada
uno que tengas es la misma sensación de felicidad.
¿Solo en esas ocasiones?
No, hay muchas más que la vida te va dando, momentos que te concede sin
tu esperarlo, trazos y pinceladas que van y vienen, pero realmente yo no he
conocido a nadie en el mundo que sea feliz permanentemente. Ni los más ricos
son siempre felices. Nadie, absolutamente nadie es feliz siempre. Podría
decirte que ni los curas y las monjas que han dedicado su vida a Dios que es lo
más grande, tampoco su vocación les hace felices continuamente, tienen
altibajos como todo el mundo, sus dudas y sus problemas. Tampoco los más pobres
y desahuciados son siempre desgraciados. En esta vida hay de todo. De todas
formas si todo el mundo fuese feliz siempre y otros desgraciados siempre, el
mundo sería muy aburrido, con todo dividido en dos partes.
Por otro lado, creo que la verdadera felicidad, se la debe proporcionar
uno mismo, haciendo de tu vida lo que más te guste, sin salirse de los cauces y
reglas por las que todos nos regimos. Pero si tú tienes tu verdadera
autoestima, si eres capaz de reírte de ti mismo, de saber llevar si eres gordo
o flaco, feo o guapo, respetando a todo el mundo pero haciendo prevalecer tu
criterio aunque en algunas ocasiones pueda resultar doloroso para las personas
que están a tu lado, hay que saber suavizar la situación pero sin tu echarte
para detrás. Un ejemplo que te pongo es si tú quieres a un hombre y te sientes
feliz con él, adelante aunque a los demás no les guste. Si eres gay que no te
importen los pensamientos ajenos, tu vida es tuya, si eres lesbiana, lo mismo,
si te quieres quedar soltera, ¿a quién le importa?, resumiendo, la felicidad la
forjas tú y solo tú. Hay personas que a su lado no tienen lo que habían soñado,
pero han sabido adaptarse y en definitiva son felices a su manera.
Tú persona es la que tiene que sentirse feliz y nadie más, rodéate de lo
que pienses que va a hacerte feliz y lo demás irá llegando poco a poco.
PILAR MORENO
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