martes, 19 de febrero de 2013

NOCHE MÁGICA




Desde hace días, es decir durante todas las Navidades, se ve a la gente mirar escaparates, hacer compras sin parar, todo el mundo dice lo mismo, son fechas de muchos gastos. Entre la Nochebuena, la Navidad, el Fin de Año, son de un gran consumismo, parece que no hubiese otros días en el año para comprar cantidades industriales de comida. Después del gasto efectuado y de no haber parado de guisar y preparar todo lo mejor para cuando llegue la familia, pasan esos días y estamos comiendo sobras durante toda la semana, hasta que llega la siguiente y nos volvemos a cargar sin acordarnos de lo que ha pasado la noche anterior.
En otros hogares por el contrario, dadas las actuales circunstancias de nuestro país, han tenido que conformarse con poner a la mesa en muchos de los casos los que las asistencias sociales han tenido a bien regalarles. Por eso creo que sería muy conveniente que hiciésemos una pequeña reflexión y nos diésemos cuenta de lo afortunados que somos todavía algunos de poder hacer esos gastos tan innecesarios en la mayoría de las ocasiones y que con la mitad hubiésemos tenido más que suficiente y además no tendríamos ahora que lamentar los kilitos que se nos han pegado a la riñonera.
Cosa bien distinta es la noche mágica, desde por la mañana es un día de caras alegres. Por las calles de la gran ciudad, es un constante ir y venir de personas cargadas de paquetes, en ellos va envueltas las ilusiones de niños y mayores. Para unos es el estasis de sus deseos. Para otros con su inocencia ven cumplidos sus sueños, ese juguete tan ansiado y que llevan todo el año esperando este día para que los Reyes que todo lo pueden se lo pongan junto a sus zapatos. Otros siendo demasiado pequeños, ponen cara de asombro, sin saber lo que significa pero adivinando que algo extraordinario ha sucedido. Hay quien aún siendo mayor recibe ese detalle del cual no se mide el valor si no el amor con el que se ha pensado en esa persona para dejar también en sus zapatos ese presente. Hasta en las familias más pobres y necesitadas, nunca falta un detalle para esos niños que al levantarse por la mañana tienen su pequeño regalo y les hace olvidarse de las penurias que en muchos casos están pasando.
También hay otros casos en los cuales uno de los Reyes se vuelca en dejar todo lo mejor en los zapatos que hay puestos junto al Belén o el Árbol, o simplemente en la ventana para que al despertar, todos los niños y mayores de esa familia se sientan felices. Pero hay una falta grande para uno de los componentes de ese hogar, es como si ese miembro no existiese y entonces... Una gran pena embarga a esa persona, se siente olvidada, no cuenta en el momento de esa alegría general. Después del fracaso viene la pregunta ¿Y a ti no te han dejado nada?
Después que se te han pasado las ganas de llorar pensando que eres el último mono de la feria. Analizas la situación y dices para tus adentros. ¡Esto no me vuelve a pasar! Estas rumiando una tanda de días tú fracaso. Al final va pasando el tiempo y cuando se va acercando el año siguiente, vuelves a tener ilusiones, renuevas tus creencias en los Reyes Magos y hasta llegas a pensar que realmente como son Magos este año si que se van a acordar de ti. Ilusa, pasa otro año y vuelves a tener el mismo regalo del año anterior y todo para qué, para que los colecciones, para que no te mal acostumbres. Tonta si tienes todo lo que quieres. ¿Que falta te hace que sea ese día? Tonta si, encima se permiten el decirte tonta. Imbécil más bien. Te vuelcas en que no falte nada a nadie y tu tonta. Al año que viene me tomo la revancha pero... como realmente y con toda razón sí que eres tonta te la vuelven a jugar.

PILAR MORENO

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