martes, 25 de marzo de 2014

...DESPUÉS DE MUCHOS AÑOS

Os voy a presentar un jardín silencioso, que guarda recuerdos y aventuras de otras épocas. Un jardín romántico construido en el siglo XVIII, al puro estilo de Versalles. Se accede a él por una plaza circular que en su día albergó diversas corridas de toros. Dando acceso al paseo de los duelistas, llamado así por las esculturas que representan a dos personas que se baten a muerte. Continuamos paseando y nos encontramos con la Exedra o plaza de los Emperadores, construida en memoria de la que fue su primera dueña. El laberinto, lugar concebido para los juegos amorosos y los escondites. El palacio, en cuya fachada se encuentra la fuente de los Delfines y las ranas. Goza en su interior de grandes obras de Goya, entre las cuales se encuentra “El Columpio”, “Las Cuatro Estaciones”, “La merienda Campestre”, o “La Pradera de San Isidro”. Este insigne pintor pasó largas temporadas en dicho palacio. El abejero, pequeño palacete dedicado a Venus, tiene a sus lados unas alas en donde se encuentran unas colmenas que permiten ver a las abejas al estar recubiertas de vidrio. Sus moradores pasaban grandes ratos viendo laborar a estos pequeños animalitos. En el recorrido por este amplio jardín, podemos observar como abundan los árboles del amor. Otro de los monumentos que lo adornan es el Templo de Baco, un ejemplar único de fuertes influencias clasicistas, en el que se representa la figura de Baco sobre un promontorio que le convierte en uno de los parajes más románticos del jardín. Para divertimento de los niños, se creó un fortín con foso y cañones incluidos. Más adelante nos encontramos con el embarcadero, construido en estilo chinesco. Se le daba un uso romántico. Los invitados a palacio accedían a través de él navegando hasta el Casino de Baile, que es uno de los caprichos más significativos de este peculiar jardín. Bajo este edificio, se encuentra un gran pozo del que mana el agua que cae a la ría a través de la talla de piedra de un enorme jabalí. En este casino se dieron muchos de los bailes más importantes de aquella época. La Casa de la Vieja, una casa de labranza que existía en la finca mucho antes de ser adquirida por los dueños y que a día de hoy se conserva. La Ermita, de aspecto ruinoso en la cual habitó un ermitaño que sorprendía a todos los paseantes que se perdían por aquel jardín. Pasados muchos años, este precioso lugar albergó el cuartel del General Miaja, quien lo dotó de túneles antiaéreos. En este refugio se decidió la rendición de Madrid y el final de la guerra civil. Hasta este momento no había dado el nombre de la ciudad en la que se encuentra el jardín referido. Uno de los más bonitos que posee la capital de España. Su nombre es “El Capricho” y sus fundadores y moradores, fueron los Duques de Osuna. Fue un lugar de gran algarabía y distracción para la época, en el se celebraron las más bellas fiestas y recepciones gozando de una alegría permanente. En la actualidad es un jardín silencioso, pertenece al ayuntamiento de la ciudad y solo admite visitas guiadas y de pequeños grupos ¿Qué lástima, debe sentirse muy triste después de haber gozado de tanta grandeza! PILAR MORENO 25 – Marzo - 2014

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