martes, 11 de marzo de 2014

ME PREGUNTAS ¿POR QUE ESCRIBO?

Yo también me hago esa pregunta. Hace muchos, muchos años, mi profesión de secretaria, me obligaba a escribir diariamente infinidad de cartas comerciales. Unas me eran dictadas por mi jefe y otras simplemente me daba una nota de a quién tenía que dirigirla y el tema que debía exponerle. Fue mucho el trayecto que recorrí por ese mundo. Mi andadura escribiendo en la oficina, comenzó el 2 de Enero de 1967 siendo todavía una niña como quien dice. Mi primera experiencia fue con una máquina de aquellas negras Hispano Olivetti modelo HO-M40, era un gran artilugio pesado pero que escribía de maravilla, con una letra de las que ya no se han vuelto a hacer y con una suavidad y sonido inconfundibles. Después mi jefe consideró que esas máquinas estaban pasadas de moda y adquirió un lote de Lexicon-80 también de la casa Olivetti pero que eran duras como piedras, allí había que aporrear las teclas con todas las ganas y en las cuales raro era el día que no dejabas quebrada alguna uña. Pasado un tiempo, obtuve un premio por parte de la jefatura, yo era la que más horas pasaba al día frente a la máquina y me compraron una eléctrica Letera se llamaba y que fue mi delirio, claro está que acostumbrada al duro teclado de la anterior, el carro al principio parecía que se iba a salir de su sitio, hasta que fui capaz de cogerle el tino exacto. A partir de 1972, cuando dejé de trabajar por matrimonio, tuve la necesidad de adquirir para mi uso personal una máquina portátil que a día de hoy conservo. Con ella he ayudado a mis hijos en sus estudios a pasarles trabajos antes de que apareciese el ordenador. Una vez que ha aparecido este nuevo modo de poder escribir y a la vez comunicarse con el resto de los mortales, he decidido que es mi compañero de aventuras durante todas las tardes y con el que cuento para poder expresar todo lo que mi cabeza piensa. Hay Veces en las que uno se siente inspirado, acuden las musas a la mente y te facilitan las palabras que quieres expresar, pero hay otras en las que se atascan en el cerebro y no hay forma de que fluyan, de todas formas no importa, creo que escribir es un fácil método y no químico para mantener mis neuronas en pleno funcionamiento, es más divertido escribir y menos dañino que tomar algún medicamento. Para mí es un divertimento, económico, y relajante. Cuando los demás en casa están viendo la televisión basura y dando gritos por algún partido de futbol, yo me recluyo en mi habitación con el ordenador y escribo lo primero que se me viene a la mente. Es un ejercicio que se lo recomiendo a todo el mundo. PILAR MORENO 11-MARZO-2014

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