sábado, 1 de diciembre de 2012

LA PELEA




Allá por tierras de Albacete, donde las navajas relucen como soles, dos hombres dos, se pelean a muerte.
Tú me arrebataste lo que más quería, díjole a su oponente, pero no has de burlarte más pues voy a hacer que pagues tu infamia con esta navaja bien afilada, dándote la muerte.
No serás capaz, le respondió su contrincante, mía no es la culpa y tú bien lo sabes. Solo ella es culpable pues, díjome que era moza y yo solo hice que escucharle. Pero si quieres pelea la tendrás, pues las navajas de esta tierra, están siempre bien afilás.
Dos hombres de bien van a pelear por una pérfida mujer, que a los dos ha engañado por puro placer. El marido se sentía engañado, pero el otro también.
¿Qué motivos te dio para montarla en tu corcel?
Me dijo que iba hacia París a su familia buscar, que ya en esta tierra no le quedaba ná. Yo como buen gitano, le eché la buena ventura cuando ella me tendió la mano. Nada más me atreví a hacer pues, cuando a besarla me acerqué, amenazóme con contarle a su padre el rey de Francia, mi villanía, más un gran escalofrío recorrió mi cuerpo y preferí dar suelta a mi cobardía.
Bien adornada tengo la frente, más eso no te va librar de que la navaja te clave ya.
Deteneos buen amigo que las mentiras aún son más, me dijo tener hermanos en esa capital, cuatro no más y el que era bastardo, del Papa Cardenal.
¿Y en el río que pasó?
Andaba yo sofocado y en río me iba a bañar, cuando de repente subió las enaguas y hasta el refajo me enseñó.
Y… ¿tú qué hiciste?
No puedo contárselo señor, aunque gitano, soy hombre de honor.
Villano, truhan, ya no puedo escuchar más, pelea como hombre, que la muerte te voy a dar
Ay, U y, Ay, toma por canalla.
Basta ya no puedo más.
En lo alto de un olivo, lloran dos mujeres que a la pelea han asistido. No hay derecho dice la una a la otra, dos buenos hombres han muerto, por cruzarse en su camino, una mala mujer con furor uterino.

Pilar Moreno


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