domingo, 2 de diciembre de 2012

LA PRIMERA VEZ



Cuando entré en aquella habitación y me senté delante de él, me quedé atónita casi paralizada. ¡Era más hermoso de lo que yo había soñado! No podía dejar de mirarlo. Aparentemente era fuerte, tenía buen porte y parecía tan suave....De pronto sentí ganas de tocarle, acariciarle, posar mis manos sobre él. Pero; ¿Quién era yo para hacerlo? Él sin embargo, aún sin palabras me estaba pidiendo que lo hiciese cuanto antes. ¡Oh Dios! que miedo me daba, ¿sabría yo hacerlo adecuadamente? Era muy posible que él me ayudase pero...
Me abalancé sobre él con un anhelo que rayaba casi en la lujuria. Lo acaricié primero despacio, luego fui subiendo el ritmo según lo que me dictaban mis impulsos. Por fin comprobé que todo había salido mejor de lo que yo había pensado. Se me habían pasado todos los nervios y ya mucho más tranquila, pude examinarlo bien que había quedado mi primera carta en el ordenador.

Pilar Moreno




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