Tras una larga noche estival, con un
calor insoportable y dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño, se
iba acercando la madrugada y el cansancio del día anterior tanto como las horas
de insomnio me iban venciendo.
Sin darme cuenta debí quedarme dormida por
fin. Lo sé porque de repente, me vi envuelta en tus brazos, saboreando tus
dulces labios y sintiendo tus agradables caricias por todo mi cuerpo, cuán
hermoso era, qué maravilloso amor. Nos amamos y gozamos hasta casi la extenuación
una y otra vez. No había palabras, solo amor y amor del bueno.
De pronto desperté y te busque cómo loca
a mi lado y no te encontré, no había ni rastro de ti. Entonces desolada
comprendí que todo había sido fruto de un sueño, un sueño maravilloso, pero al
fin y al cabo era sólo “UN SUEÑO”.
Pilar
Moreno
No hay comentarios:
Publicar un comentario